L D (EFE) Los últimos datos facilitados por el Banco de España reflejan que los préstamos otorgados por estas entidades ascendían en febrero a 676.547 millones de euros y, de ellos, 6.310 millones estaban anotados como morosos, es decir, se daba por descontado que no iban a ser devueltos.
Esta tasa de morosidad es la menor registrada en el último año, cuando la cifra ha oscilado entre el 0,993 por ciento de agosto y el 0,94 por ciento de enero y diciembre. En la tasa interanual, el nivel ha descendido casi tres centésimas, al pasar del 0,961 por ciento de febrero del 2002 al 0,932 por ciento de febrero pasado.
Los analistas consideran que la caída de la morosidad se debe, principalmente, a que la concesión de nuevos créditos ha crecido a un ritmo mayor que el de los préstamos impagados, con lo que el impacto de los dudosos sobre el total es menor. En concreto, la cifra de morosidad ha registrado un incremento del 11,35 por ciento respecto a febrero del 2002, mientras que la actividad crediticia ha aumentado cerca de un 15 por ciento.
Por tipos de entidades, las cajas son las que menor morosidad soportan —el 0,847 por ciento— y, al tiempo, son las que más han elevado su inversión crediticia en estos doce meses, un 18,5 por ciento.
Las autoridades económicas y, en especial el Banco de España, han recomendado insistentemente en los dos últimos años a las entidades que extremen su precaución en la concesión de créditos, ya que la debilidad económica mundial puede provocar un aumento de los impagos. Han argumentado, además, que el nivel de endeudamiento familiar ha llegado a cotas históricas máximas por los bajos tipos de interés y han advertido que si las tasas empiezan a subir, muchos hogares van a tener dificultades para hacer frente a sus préstamos.
Esta tasa de morosidad es la menor registrada en el último año, cuando la cifra ha oscilado entre el 0,993 por ciento de agosto y el 0,94 por ciento de enero y diciembre. En la tasa interanual, el nivel ha descendido casi tres centésimas, al pasar del 0,961 por ciento de febrero del 2002 al 0,932 por ciento de febrero pasado.
Los analistas consideran que la caída de la morosidad se debe, principalmente, a que la concesión de nuevos créditos ha crecido a un ritmo mayor que el de los préstamos impagados, con lo que el impacto de los dudosos sobre el total es menor. En concreto, la cifra de morosidad ha registrado un incremento del 11,35 por ciento respecto a febrero del 2002, mientras que la actividad crediticia ha aumentado cerca de un 15 por ciento.
Por tipos de entidades, las cajas son las que menor morosidad soportan —el 0,847 por ciento— y, al tiempo, son las que más han elevado su inversión crediticia en estos doce meses, un 18,5 por ciento.
Las autoridades económicas y, en especial el Banco de España, han recomendado insistentemente en los dos últimos años a las entidades que extremen su precaución en la concesión de créditos, ya que la debilidad económica mundial puede provocar un aumento de los impagos. Han argumentado, además, que el nivel de endeudamiento familiar ha llegado a cotas históricas máximas por los bajos tipos de interés y han advertido que si las tasas empiezan a subir, muchos hogares van a tener dificultades para hacer frente a sus préstamos.