La iniciativa de publicar una nueva lista partió de Francia y Alemania, y provocó un gran enfado entre los tres Estados miembros que aparecen en ella, que insisten en que el hecho de tener secreto bancario no les convierte en "paraísos fiscales".
El ministro checo de Finanzas, Miroslav Kalousek, cuyo país preside este semestre la UE, ofreció disculpas a Bélgica, Austria y Luxemburgo en nombre del Ecofin por su inclusión en la lista.
Esos tres países "no son paraísos fiscales ni jurisdicciones que no cooperan", recalcó el ministro checo, que insistió en que "dar a entender que lo son, sería completamente injusto".
Pero por parte de Alemania, el titular de Finanzas, Peer Steinbrück, negó que haya motivo alguno para disculparse y defendió la pertinencia de la clasificación elaborada por la OCDE para poner en evidencia a los países que no colaboran contra el fraude y el lavado de dinero.
Los comentarios del alemán fueron respondidos por el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, quien volvió a cargar las tintas contra sus pares del bloque por no haber cumplido su palabra de velar porque ningún país miembro de la Unión Europea figurase en la ominosa lista.
Juncker incluso dejó entrever que el conflicto podría significar su despedida personal de la presidencia de ministros de la zona del euro. El luxemburgués es uno de los políticos más experimentados de la Unión Europea y preside el conjunto de los ministros de Finanzas de la eurozona desde 2005.
Confirman los 50.000 millones para rescatar países
Además, los ministros de Finanzas han respaldado elevar desde los 12.000 millones que tuvo en su creación hasta 50.000 millones de euros el mecanismo con el que la Unión Europea asiste a los países afectados por graves desequilibrios en su balanza de pagos.
El Ecofin dio su visto bueno a este aumento, así como a la utilización de 5.000 millones de ese fondo para hacer un préstamo a Rumanía.
Desde el estallido de la crisis, la Unión Europea ha facilitado 14.600 millones de euros en créditos a Hungría (6.500 millones), Letonia (3.100 millones) y Rumanía, dentro de paquetes más amplios de ayuda junto a otras instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional.
Aunque los Veintisiete no creen que el dinero corriera riesgo de agotarse, han decidido aumentar de nuevo el límite de fondos disponibles como una señal de la determinación de la Unión Europea para apoyar a los Estados miembros con problemas.
Al citado mecanismo sólo pueden acceder los socios comunitarios que no son miembros del euro, algunos de los cuales están entre los más afectados por la crisis financiera y económica.