Comienza la semana y la primera en la frente. Aunque a los irresponsables gubernamentales se les llena la boca de frases grandilocuentes en las que se pide austeridad y se proclaman a los cuatro vientos las bondades del "ajuste presupuestario", la cruda realidad es bien distinta. El próximo año el gasto público seguirá creciendo más que los ingresos, lo que obligará al Tesoro a pedir más préstamos al exterior (mediante la venta de deuda) y, como ya saben todos ustedes, esto redundará en subidas de impuestos en el futuro.
Para el que todavía no conozca en qué consiste esto de la deuda pública es bueno recordar que es la forma en la que los gobiernos (Central, autonómicos y locales) piden créditos al sector privado. El proceso es sencillo: se imprimen papelitos por los que se promete una determinada rentabilidad y se les llama letras, bonos u obligaciones en función del plazo del préstamo. El valor de referencia para conocer la prima de riesgo de estas emisiones es el bono a 10 años.
Pues bien, cuando un gobierno emite deuda promete un interés que luego debe pagar con el dinero de la caja pública. Por lo tanto cada venta de estos papelitos requieren un futuro desembolso que se hace mediante dos vías: emitiendo más deuda y subiendo impuestos. Es un círculo vicioso en el que siempre pagan los mismos, los sufridos contribuyentes. En definitiva es como si cada ciudadano (niño, adulto y pensionista) estuviera pidiendo créditos que luego debe ir pagando, unos préstamos que los políticos han solicitado sin preguntar ni consultárselo a nadie.
Y en 2011 el Tesoro se va a endeudar a un ritmo de 4.600 euros por segundo, según denuncia el diario Expansión en su portada de este lunes. En total se van a lograr 148.000 millones de euros, de los que 95.000 millones servirán para pagar intereses de la deuda vencida y el resto (53.000 millones) financiará el despilfarro del Gobierno, CCAA y ayuntamientos en el año electoral. Será muy útil para que los políticos compren votos con el dinero que sale del trabajo diario de los contribuyentes.
Las cifras marean, sobre todo cuando uno se da cuenta del destino del fruto de su trabajo, pero cuando uno repasa la portada del diario económico de Prisa, Cinco Días, vuelve ese optimismo patológico que sólo afecta a los afectos al régimen de Zapatero. Resulta que "según los expertos consultados" por el periódico España no volverá a la recesión "técnica", es decir, dos trimestres consecutivos de caída.
El problema es que los "expertos" son el director del servicio de estudios de Caixa Catalunya, Xavier Segura (una entidad insolvente rescatada con el dinero de todos los españoles tras la nefasta gestión del preboste socialista Narcís Serra); y el amigo del ministro Sebastián, José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, la agencia de valores que ha sido un vivero de altos cargos socialistas y epicentro de los escándalos económicos de la era Zapatero.
Con estas fuentes -a las que acompaña como convidado de piedra el estratega de Citi, José Luis Martínez Campuzano, que no comparte este optimismo- el diario titula a toda página: "Parón en el tercer trimestre: los expertos esperan un crecimiento nulo de la economía. El giro en la política fiscal explica esta nueva inflexión en el ciclo, pero los analistas descartan el regreso a la recesión a finales de año".
En su Editorial, el periódico habla de la existencia de"estancamiento sin recesión" y señala que "más allá de las cifras, y con todo lo que tiene de positivo no volver a caer en las garras de la recesión, el sentimiento generalizado es que aún tardará en llegar el anhelado tirón del crecimiento que permita aliviar la pesada carga del desempleo. De ahí que sea necesario volver a repetir al Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero que no ceje en su empeño reformista".
Valoren ustedes el acierto o el error en el que incurre este análisis, especialmente en medio de un rebrote de la crisis de deuda en Europa y con la presentación de unos Presupuestos en España que no se cree nadie.
Terminamos nuestro particular repaso por los titulares económicos con el diario El Economista, que sigue denunciando las malignas intenciones fiscales del Gobierno. La vicepresidenta Salgado dijo el viernes que estaba esperando la decisión de Bruselas sobre lis impuestos "verdes" y justo hoy conocemos quela Unión Europea impone un "céntimo verde al consumo de gas".
El periódico revela que "el Gobierno estudia implantarlo para financiar parte del sobrecoste en renovables.Se aplicará a gasolina, diésel y el gas de las calefacciones de los hogares, ahora que se acerca el invierno". En su Editorial explica que "se adivina una tendencia muy preocupante, porque en lugar de practicar los recortes necesarios y mejorar el rendimiento de los servicios, los gobiernos van a tasar sectores que son competitivos para beneficiar a otros que no lo son". Preparen sus carteras que va a ser un duro invierno, se lo aseguro.