Diez empresas de Nueva Rumasa se han acogido al procedimiento especial de la Ley Concursal que le otorga un plazo de hasta cuatro meses para negociar con sus acreedores un plan de pagos y evitar ser declarado en suspensión de pagos.
El patriarca de Nueva Rumasa, José María Ruiz Mateos, ha anunciado este jueves en una rueda de prensa en Madrid, junto a seis de sus hijos, que se ha tomado esta medida con el fin de proteger los intereses de los empleados y de los inversores que han depositado en su confianza en el grupo. Las empresas son: Clesa, Garvey, Hotasa, Dhul, Elgorriaga, Hibramer, Trapa, Carcesa, Quesería Menorquina y Rayo Vallecano.
Según el consejero delegado de la empresa, José María Ruiz-Mateos Rivero, la compañía mantiene conversaciones "muy avanzadas" con un grupo inversor que prevé tomar una participación minoritaria aún por determinar e inyectar capital en el grupo, con una aportación que inicialmente cifran hasta en 500 millones de euros. El grupo de empresas de la familia suma una deuda bancaria total de 700 millones de euros, frente a un patrimonio de 6.000 millones de euros.
Una caída anunciada
Desde hace unos días, era vox populi que el holding empresarial fundado por Ruiz Mateos estaba en graves dificultades financieras. La primera compañía que levantó la voz de alarma fue Quesería Menorquina (compañía alimentaria radicada en Menorca y que fabrica el conocido tranchete). Según sus propios trabajadores, desde enero la fábrica está prácticamente parada, por falta de los materiales necesarios para la elaboración de sus productos. Pero quizás lo que ha disparado los acontecimientos ha sido la solicitud de Clesa, en los juzgados de lo Mercantil de Madrid, de acogimiento al procedimiento de negociación de deuda de la Ley Concursal.
Además, la Seguridad Social anunciaba hace unos días el comienzo de acciones contra el grupo, que incumplía "reiteradamente" con sus obligaciones de pago. Este miércoles, el propio director general del organismo, Javier Aibar, confirmaba ha confirmado que ya se habían iniciado"acciones ejecutivas" contra empresas de Nueva Rumasa, a pesar de sus intentos de "normalizar la situación" en este grupo.
Aibar explicó que han facilitado la posibilidad de normalizar la situación de Nueva Rumasa, aunque no han tenido éxito porque "no se han cumplido las condiciones que marcaban estas oportunidades" porque la empresa las ha incumplido reiteradamente. Ha recordado que ha incumplido el pago corriente de las cuotas ordinarias a la Seguridad Social y que, por tanto, "ha habido doble incumplimiento, de la cuota corriente y de los aplazamientos, y por ello, para no hacer dejación de funciones, la Tesorería ha iniciado actuaciones orientadas a defender la legalidad y los intereses del sistema y por ello hemos iniciado algún tipo de embargos".
Los trabajadores: retrasos en las nóminas
Pero sin duda, los colectivos que tendrían que estar más preocupados por la situación de Nueva Rumasa son sus trabajadores, sus proveedores y los compradores de los bonos que la empresa ha estado publicitando en los últimos meses. Los primeros ya han iniciado acciones legales contra los dueños de la empresa para "denunciar y clarificar" la situación de la compañía, después de haber presentado en algunos centros denuncias laborales, informa Europa Press.
"Hemos emprendido ya acciones en la mayor parte de los centros para denunciar la situación en materia de Seguridad Social, tanto en las obligaciones de la empresa con la Tesorería como de la empresa con los trabajadores", apuntaron. Los representantes de los empleados aseguran que "el problema es gravísimo y estructural" del conjunto del grupo de empresas de la familia Ruiz-Mateos, con retrasos en el pago de las nóminas en "prácticamente todos" los centros de trabajo y falta de materias primas para fabricar.
Los proveedores: pagarés sin fondos
También se ha oído la voz de los proveedores, que han acusado a los dueños de Nueva Rumasa de incumplir con sus obligaciones con ellos. En este sentido, los ganaderos que sirven leche a Clesa han empezado también a adoptar medidas jurídicas ante el impago de materia prima que sirven a la empresa propiedad de la familia Ruiz-Mateos, que les adeuda un total de cuatro meses, según explicaron a Europa Press en fuentes del sector.
Según esta misma información, los ganaderos habrían dejado de servir leche a Clesa desde el pasado 1 de enero ante la incapacidad de la compañía de hacer frente a los pagarés. "Están haciendo dinero con el dinero que les deben a los proveedores", resaltaron las mismas fuentes, al tiempo que señalaron que si los ganaderos dejan de suministrar leche a la fábrica, empezará a llegar menos producto a los lineales y con menos regularidad.
Los acreedores
Por último, están los acreedores, que acudieron a la llamada de Ruiz Mateos. A lo largo del último año, se publicaron en los medios de comunicación españoles numerosos anuncios en los que se llamaba a invertir en un grupo empresarial que se calificaba como "Comprometido con el empleo". Las obligaciones, para participaciones superiores a los 50.000 euros, prometían un atractivo retorno. Hasta 5.000 personas habrían confiado en Nueva Rumasa y adquirido estos bonos que, ahora, podrían ser impagados (o pagados sólo en parte).
Ninguna entidad financiera participó en la colocación de los pagarés. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) advirtió en varias ocasiones del riesgo de las colocaciones de Nueva Rumasa, mediante comunicados en los que recomendaba a los posibles inversores que recabasen la información necesaria.