Campa se encuentra en estos momentos en Nueva York y el viernes se trasladará a Boston para desplegar "los mismos argumentos" con los que viajó la pasada semana a Londres y París. Tras el ridículo inicial por la denuncia de una "conspiración" planetaria contra España, la ministra de Economía logró convencer a los editores del Financial Times. Ahora la intención será la misma, calmar los ánimos de los inversores y despejar cualquier duda sobre la calidad de la deuda española.
En este nuevo road show, Campa se reunirá con "inversores habituales", bancos de inversión y hedge funds, un día después de que el Tesoro colocase este miércoles con éxito una emisión de bonos por importe de 5.000 millones de euros a un plazo de quince años, con cupón del 4,65% y una rentabilidad del 4,66%, poniendo de manifiesto la confianza de los inversores en la capacidad del país de afrontar sus obligaciones de pago.
"Se ha restituido una opinión que no correspondía a la situación de las finanzas públicas" afirma Campa, para apuntar a renglón seguido que este giro se ha dado "cuando las cosas se explican bien", en referencia al periplo de los dos máximos representantes de Economía.
Por otro lado, desde el Ministerio dirigido por Elena Salgado confirmaron que la directora del Tesoro, Soledad Núñez, viajará a Asia en lo que es un viaje habitual, que "se realiza todos los años", para explicar la estrategia de la deuda española a los inversores de aquel continente.
Wall Street Journal avisa: inversores "alarmados"
El diario nortamericano The Wall Street Journal recibe a Campa con espepticismo, poniendo el foco en los problemas del déficit español y en las dificultades futuras para conseguir colocar más deuda. No obstante, celebra el éxito de la última venta de bonos a quince años, que ha reportado unos ingresos de 5.000 millones de euros.
El rotativo señala que Campa "se enfrentará cara a cara con inversores alarmados por un país con un déficit presupuestario de dos dígitos y una tasa de desempleo de casi 19%". Además, el diario indica que fuentes de La Moncloa "rechazan las comparaciones con Grecia, donde los profundos problemas fiscales se combinan con una historia de dudosa contabilidad presupuestaria". La clave para España, indica Campa, es dejar de lado lo que llamó juicios de mercado "subjetivos" con un torrente de hechos sobre lo que planeó el gobierno.
"Cuando los mercados vean que nuestro diagnóstico de la situación es correcto y que las medidas que tomamos son adecuadas, se sentirán más tranquilos", defiende el secretario de Estado de Hacienda.
WSJ explica que "no será fácil". En diciembre la agencia de calificaciones Standard & Poor's rebajó a negativa su perspectiva de calificación para España, al decir que el país probablemente experimente un crecimiento del PIB "significativamente menor" y "déficit fiscales persistentemente altos e relación a sus pares en el mediano plazo". S&P recortó la calificación de España a "AA+" de la máxima de "AAA" que tenía en enero de 2009. Moody's y Fitch Ratings mantienen la calificación "AAA" para España.
Aunque, como Grecia, España también tuvo un déficit presupuestario de dos dígitos en 2009, 11,4% del PIB, comparado con 12,7% en Grecia, su proporción entre deuda y PIB se mantiene por debajo del promedio de la zona euro. Y España tiene un buen historial de administración fiscal: en 2007, el gobierno tenía un excedente presupuestario de más de 2% del PIB.
En los últimos días, el diferencial entre los bonos españoles a 10 años los emitidos por el Estado alemán -una medición clave de riesgo se sitúa en el entorno de los de 80 puntos básicos. "Aunque es un reflejo de la aversión de los inversores, el diferencial español luce muy sólido en comparación con los más de tres puntos porcentuales de los bonos griegos equivalentes", dice el rotativo..
Finalmente, el diario recuerda que el Gobierno español ha dado algunos pasos para reducir el déficit a 3% del PIB para 2013 (desde el 11,4% actual), como es requerido por las reglas de la Unión Europea. Estas incluyen tomar medidas para aumentar los ingresos y reducir el gasto para recortar alrededor de 50.000 millones de euros del déficit presupuestario hasta 2013. Si todo sale como se planea, esto reduciría la emisión neta de deuda del Tesoro de España en 2010 en un 34% a 76.800 millones de euros.