Tal día como hoy, 11 de mayo, pero de 2010, Libertad Digital contaba en su portada la curiosidad sobre la pareja que se destapó en el libro sobre Obama 'La promesa Obama: Año uno'.
En la obra se contaba una conversación de Carla Bruni con Michelle Obama en la que le confesaba la causa de los habituales retrasos de la entonces pareja presidencial francesa: El "furor sexual". De hecho, le hizo saber a la primera dama norteamericana que habían demorado la reunión con un importante jefe de Estado por unos de sus habituales "apretones". Además, le preguntó si a ella le pasaba lo mismo con su marido. "Qué va, qué va”, contestó ella.
A pesar de que en el libro no trascendió ningún nombre de jefes de Estado a los que hicieron esperar, la prensa amarilla británica se puso manos a la obra y repasaron la agenda diplomática de la pareja para encontrar el retraso más sonado y desvelar qué jefe de Estado esperaba a que Bruni y Sarkozy terminaran.
Aseguraron que fue la Reina de Inglaterra la que tenía todas las papeletas de haberse impacientado esperando a la pareja. Contaron que fue en marzo de 2008, durante una cena en el Palacio de Windsor, a la que llegaron mucho más tarde que el resto de los invitados. Tambien la Reina Sofía, en marzo de 2009, tuvo que esperar treinta minutos para recibirles en el museo Reina Sofía.
Años más tarde, una revista del corazón publicó un reportaje sobre Carla Bruni en la que su círculo más cercano de colaboradores la definió como una persona altiva, insegura y devorahombres. De hecho llegaron a decir que era una "mujer sensual y sexual" que daba a sus amantes "lo que ellos quieren: susurrante, como su música". Sin embrago, para tranquilidad de Sarkozy, aseguraron que era una mujer "de un solo hombre, nunca compagina”.