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Susana Díaz podría seguir como presidencia en funciones hasta octubre

La normativa electoral andaluza impide la celebración de elecciones entre julio y agosto y también sería improbable que se celebraran en septiembre.

Si antes de 5 de julio no hay acuerdo para la investidura de Susana Díaz, deberán convocarse elecciones autonómicas, y la inestabilidad andaluza producida por la anticipación de las elecciones decidida por la propia Díaz el pasado mes de febrero, se extendería, cuanto menos, hasta el mes de octubre.

En efecto, dado que la normativa electoral andaluza impide la celebración de elecciones entre los días 1 de julio y 31 de agosto, las elecciones podrían ser convocadas el 6 de septiembre, aunque sería improbable por estar demasiado cerca de fin del período vacacional. Si a pesar de todo así fuera, y suponiendo que todo el proceso preelectoral hubiera podido realizarse durante los dos meses habituales de vacaciones -desde la presentación y proclamación de candidatos, a la campaña electoral en pleno mes de agosto si fuera legal-, no podría disponerse de un pleno del parlamento andaluz hasta el día 26 de septiembre.

Posteriormente, se debería convocar un pleno de investidura donde la candidatura más votada propondría la investidura de su candidato. En caso de haberse obtenido mayoría absoluta, la proclamación del nuevo presidente o presidenta podría producirse en el mes de octubre. En caso de no haberse conseguido dicha mayoría, comenzaría un proceso de negociación que podría llevar a noviembre e, incluso, a diciembre. Esto es casi un año de inestabilidad y de interinidad institucional.

El 24 de mayo, determinante

Una cosa que va quedando cada vez más clara es la estrategia de todos los partidos en la confusión andaluza. La más clara, la del PSOE de Andalucía, que no ha querido dar relevancia nacional a sus elecciones. Por ello, se convocaron anticipadamente al margen de las elecciones municipales y autonómicas, lo que ha representado un doble gasto electoral.

Susana Díaz estuvo convencida de que obtendría el mejor resultado del PSOE en Andalucía, tras las elecciones de 2012 dada la debilidad del PP, el pie cambiado de IU y la inexperiencia y escaso tiempo de reacción de Podemos y Ciudadanos. Pero los sacó peores. Es más, ha obtenido los peores resultados del PSOE en la historia andaluza perjudicando sus aspiraciones nacionales frente a un Pedro Sánchez, que en la última encuesta del CIS ha hecho avanzar dos puntos porcentuales al PSOE.

Ahora, no tiene más remedio que esperar a la celebración de las elecciones municipales y autonómicas del próximo día 24, pero habrá perdido el control del proceso porque, una vez establecido la dimensión de los "cromos" a cambiar en el escenario nacional, serán los líderes nacionales los que jueguen la partida. A pesar de su reacción contra esta situación anunciando que no consentirá que su posición sea un "cromo" más, esto será inevitable.

El PP, con unos resultados muy adversos, los peores en mucho tiempo, ha dudado en si pactar o no con Susana Díaz a cambio de las alcaldías de capitales donde previsiblemente obtendrá mayorías simples. Además, ha dado un cambio en su posición a reparar en el desgaste que la situación está produciendo en Susana Díaz y el PSOE andaluz, al no querer aparecer como "muleta" de un régimen plagado cada vez más de corruptelas escandalosas - la última, la de la mina de Aznalcóllar -, y de una gestión irregular en demasiados asuntos. Por si fuera poco, la legislación electoral municipal y autonómica les beneficia porque, a excepción Castilla la Mancha, en todas las Comunidades y Ayuntamientos la lista más votada es la que debe asumir el gobierno.

El PP andaluz está convencido de que finalmente serán Podemos e IU, con o sin Ciudadanos, los que facilitarán la investidura de Susana Díaz tras las elecciones, por lo que no tendría sentido implicarse a cambio de nada.

Podemos, que en Andalucía no está dirigido por Pablo Iglesias sino por la más radical Teresa Rodríguez, cuyos apoyos no son favorables a esta investidura, al menos hasta las próximas elecciones del 24 de mayo, Cuanto más se desgaste Susana Díaz, más llenarán el zurrón de sus votos hasta ahora nutridos casi exclusivamente del granero de IU. Como en el caso de los demás, la imagen de apoyo a Susana Díaz y lo que representa, no es una imagen que favorezca el interés electoral futuro. De hecho, las condiciones que han exigido, como ellos mismos han dicho, eran de coste cero y de poco calado, salvo la exigencia dela renuncia de Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

Ciudadanos, al principio muy favorable al pacto, ha terminado comprendiendo que hacerse una foto de investidura con Susana Díaz es muy peligroso apocas fechas de la celebración de las elecciones municipales y autonómicas, y que puede ser letal en unas próximas ya elecciones generales.

Izquierda Unida, corneada a traición por Susana Díaz, no parece inclinada al pacto con el PSOE andaluz, pero podría depender de otras negociaciones a escala nacional en diferentes Ayuntamientos.

Una campaña electoral feroz

Los socialistas esperan presentar la situación de inestabilidad generada por la convocatoria electoral anticipada del 22 de marzo como un contubernio antinatural de la derecha, el PP, y las izquierdas radicales junto con Ciudadanos. Para convencer a los andaluces contará con Canal Sur Radio y Televisión, con los medios "amigos" que presentan la situación andaluza cono una catástrofe institucional y la influencia socialista sobre muchos pequeños y medianos ayuntamientos de las zonas rurales.

La debilidad del PSOE andaluz será, además de los resultados electorales del 24 M donde no ganará en las capitales ni en las grandes ciudades salvo alguna excepción que se augura, el enfrentamiento abierto entre Susana Díaz y Pedro Sánchez, que acaban de protagonizar el desencuentro más desagradable de los últimos meses yéndose la primera a Asturias mientras dejaba a Sánchez un escenario de escraches en Málaga por parte de trabajadores de diferentes empresas cabreadas con la Junta.

El PP, que espera una cierta recuperación electoral el día 24 de mayo, tendrá que poner toda la carne en el asador para reincorporar a sus bolsas de votos a los ciudadanos que los votaron en 2012, con un programa electoral diferente, especialmente dirigido a los funcionarios y empleados públicos de la Junta, que son 500.000 y que fueron esencialnente los que han dejado de votarlo. Eso sí, deberá dar un giro espectacular a su política de comunicación para contrarrestar la campaña socialista.

Podemos e Izquierda Unida serán especialmente acusados por el PSOE y por Susana Díaz de haber sido cómplices de la derecha en la "desestabilización" de Andalucía y deberán hacer una campaña cuerpo a cuerpo al no disponer de los medios de comunicación oficiales ni privados de relevancia.

Ciudadanos, ya implicado en diferentes pactos a escala nacional tras las elecciones del 24 de mayo, tendrá un panorama menos agresivo porque procurará dar unos apoyos al PP y otros al PSOE y eso le servirá de escudo protector. Además, su papel de succionador de votos populares hará que el PSOE andaluz no sea su verdugo inmisericorde.

Pase lo que pase, la imagen de Susana Díaz quedará decisivamente deteriorada a escala nacional, a menos que lograra la tan ansiada mayoría absoluta en esa "segunda vuelta", o una mayoría más amplia, algo a todas luces improbable. De momento, además de su rechazo por IU, se ha deteriorado asimismo en Podemos y Ciudadanos a cuyos líderes andaluces ha puenteado llamando directamente a Pablo Iglesias y Albert Rivera.

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