El Boletín Oficial del Estado ha publicado este viernes 4 de noviembre el real decreto 415/2016 de 3 de noviembre, por el que se reestructuran los departamentos ministeriales y aclara qué competencias concretas asume cada una de las carteras que ayer anunció Moncloa en un comunicado de prensa tras su reunión con el rey Felipe VI.
Ya este jueves se despejó la incógnita de quién controlaría departamentos tan destacados como el CNI, que finalmente continuará en manos de Vicepresidencia del Gobierno –Soraya Sáenz de Santamaría–. Este viernes se despeja otra 'X' de gran importancia: la de la política de telecomunicaciones y sociedad de la información, que entra entre las responsabilidades que emanan del recién creado Ministerio de Energía, en manos de Álvaro Nadal, cercano a la vicepresidenta del Gobierno.
Soraya Sáenz de Santamaría y José Manuel Soria tuvieron mucho que ver en el silencio que guardó el Ejecutivo de Rajoy cuando se aplicó la sentencia del Tribunal Supremo sobre el reparto de frecuencias de Televisión Digital Terrestre (TDT), que dio al traste con los intereses de muchas televisiones de mediano y pequeño tamaño y no afectó a otros grupos que deberían haber perdido parte de sus derechos de emisión.
Respecto a la TDT, del departamento de Nadal también corresponde la gestión del dividendo digital, para impulsar la tecnología de cuarta generación móvil y que implicó una reantenización de los canales de televisión durante la pasada legislatura.
La guinda del pastel televisivo llegó en 2012, cuando Sáenz de Santamaría anunciaba la autorización de la operación de concentración de Antena 3 y La Sexta por"razones de interés general", para "mantener el pluralismo informativo" y lo hizo con unas condiciones en "simetría con las que se viene operando en el sector", decía el Ejecutivo.
Aquella explicación fue interpretada por las televisiones como una clara referencia a la fusión de Telecinco y Cuatro, la cual contó con unas imposiciones menores a las requeridas en esta ocasión para las cadenas de Planeta y Mediapro. Es más, Soraya también señalaba que "la rapidez en la aplicación" de ese plan ha aconsejado modificar las condiciones de esa fusión "en simetría con las que vienen operando en el sector", en referencia a Cuatro y Telecinco.
Competencia autorizó la fusión de Antena 3 y La Sexta, imponiendo a la compañía resultante una serie de condiciones. Así, la CNC ha subordinado la operación al cumplimiento de distintas condiciones durante un periodo de cinco años referidas al mercado de la publicidad, la oferta de canales del grupo resultante, la compra de derechos o la obligación por parte del nuevo grupo de suministrar información a la Competencia. En definitiva, lo que hizo fue blindar el duopolio televisivo que tenemos a día de hoy.
En total entre Atresmedia y Mediaset suman 15 canales de televisión -entre ellos dos digitales de Atresmedia- y actualmente se llevan más del 86% del mercado publicitario televisivo, dejando apenas un 13% para el resto de televisiones en abierto, de pago y autonómicas.
Toda esta operación surgió, según algunas fuentes, del interés del Ejecutivo por salvar a grupos mediáticos arruinados. En el caso de La Sexta, la medicina no fue otra que ser absorbida por Atresmedia. Un gran grupo auspiciado por Planeta donde encontramos canales desde donde se ha aupado a Podemos, como La Sexta, conviviendo con un periódico eminentemente conservador como La Razón, o cadenas de radio como Onda Cero.
Ahora, las decisiones que tengan que ver con el mercado de las "telecomunicaciones" y la llamada "agenda digital" reposarán bajo la responsabilidad de Álvaro Nadal, es decir, de Soraya Sáenz de Santamaría.