Políticos, personalidades varias y periodistas no hablaban de otra cosa en la recepción con la que la Comunidad de Madrid celebraba este viernes en su sede, la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol: "¿Qué te ha parecido la encuesta?", en referencia a la publicada este mismo viernes en El País, o "¿crees que Botella se presentará?" eran las frases con las que empezaban la mayor parte de las conversaciones.
Dentro de esto cada uno se conducía según estimaba que le había ido en el sondeo: los populares no se mostraban satisfechos, pero tampoco excesivamente contrariados. Eso sí, ya parecen haber asumido que "la mayoría absoluta la hemos perdido", tal y como aseguraba un destacado parlamentario, que no obstante aseguraba estar convencido de poder mejorar los resultados previstos en la encuesta.
El presidente Ignacio González no se mostraba en absoluto pesimista y, además de la frase habitual sobre que las encuestas son "una foto de un momento determinado y tienen el valor que tienen", recordaba que los datos eran muy similares a los de hace un año pero que "ha mejorado la valoración del PP y del Presidente". En este sentido, decía en clara referencia a Tomás Gómez que "son otros los que deberían estar preocupados".
González destacaba también que la propia encuesta prevé un altísimo grado de abstención y que, de ser finalmente ésta más baja, "podría darle la vuelta a todo".
Mutis socialista
Los socialistas madrileños han sido, a tenor de su comportamiento, los menos satisfechos con un sondeo que lo cierto es que arrojaba cifras terribles para Tomás Gómez, sólo un par de puntos por delante de Izquierda Unida y con el propio Gómez como el único líder al que no aprueban ni sus propios votantes.
Pocos diputados autonómicos en el acto, Gómez entre ellos, negándose a conceder entrevistas a la mayoría de los medios y marchándose muy pronto, esa ha sido la reveladora y poco festiva actitud de los del PSM, pese a que en público hablen de "un nuevo amanecer" se diría que éste llega nubladísimo para ellos.
A falta de saber qué opina Izquierda Unida, a cuyos representantes no hemos visto en la Real Casa de Correos, los que sí se mostraban muy satisfechos eran los de UPyD, y eso que la encuesta "sólo responde a lo que ya esperábamos", tal y como ha comentado un destacado miembro de su grupo parlamentario.
Los de Rosa Díez están también convencidos de que algo que ya parece pensar todo el mundo: "Ellos tendrán la llave", decía un popular, y según nos confiesan llevan meses evaluando ese posible escenario, en el que esperan tomar una decisión "que se base en hechos y no en personas o siglas".
En UPyD admiten que se trata de "una gran responsabilidad" y una situación complicada, "y más a unos meses de las generales", pero lo cierto es que se les ve satisfechos y no es para menos: podría ser el mayor logro de la historia del joven partido.
"Tenemos que presentar a Aguirre"
Ana Botella y la posibilidad de que finalmente decida presentarse para ser reelegida han sido el otro gran tema de conversación, y respecto a esto hay que decir que el pequeño paso adelante dado por la alcaldesa en este sentido no ha gustado nada a sus compañeros de partido. Incluso que Botella haya "contestado sobre la encuesta como si fuera la candidata" era motivo de disgusto para alguno de los presentes.
"A mí me ha dicho una periodista que se presenta seguro" nos decía con evidente disgusto un cargo popular mientras que otro destacaba que "el dato más importante de la encuesta es que tenemos que presentar a Aguirre a la alcaldía".
Que la expresidenta es el candidato natural para el ayuntamiento no se dudaba en ningún corrillo –a excepción hecha del de la propia Ana Botella, que estaba presente- pero tampoco había ninguna duda de que esta posibilidad no se ve con muy buenos ojos en Génova.
Llegados a este punto, las opiniones se partían casi al 50% en dos bandos: los que están convencidos de que Rajoy no contará con Aguirre bajo ningún concepto y los que creen que, a fuerza de encuestas tan desastrosas como la de El País, sí es posible un movimiento en este sentido. Desde luego los segundos tenían este viernes un motivo para la esperanza.