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Mas desprecia a Puigdemont, ejerce de presidente en Madrid y se declara "apóstol del diálogo"

El expresidente viaja a la capital unos días después de Puigdemont para decir que siguen abiertos a la negociación

A la misma hora que el presidente catalán, Carles Puigdemont se sometía a una sesión de control en el Parlamento autonómico, el expresidente y ahora líder de la nueva Convergencia, Artur Mas intentaba hacerle sombra en un desayuno informativo en el Casino de Madrid. Coloquio en la capital donde desde 2014 no protagonizaba uno y que en ese momento coincidía con su visita a Moncloa para presentar el documento con los famosos 23 puntos a Mariano Rajoy entre los que figuraban mejoras en la financiación autonómica.

En esta ocasión Artur Mas no ha venido a "reclamar más dinero" si no a informar, como si al frente de la Generalidad continuara de que su " voluntad de diálogo es sincera y no es postureo". El expresidente catalán volvía este miércoles a tender la mano al Gobierno central como ya hiciese Carles Puigdemont hace justo una semana, para negociar un referéndum de independencia pactado: " la fecha, la pregunta y las condiciones", decía y se autoproclamaba incluso como " apóstoles del diálogo" para defender que pese a la actuación de los tribunales, desde Cataluña la intención de negociar siempre ha estado sobre la mesa pese al " no" del Estado y ahora " los tribunales".

A la misma hora en la que conocíamos la querella presentada por la Fiscalía contra la presidenta del Parlamento Carmen Forcadell a la que se le acusa de los mismo delitos, desobedicencia y prevaricación, que al propio expresidente y a sus dos consejeras, Artur Mas aprovecha para denunciar que el Gobierno central se esté "tratando de inhabilitar a políticos e instituciones catalanas" para tratar de finiquitar el desafío rupturista en los tribunales. Es lo que Mas ha vuelto a denominar como " Operación Cataluña" como una estrategia, ha dicho, para desprestigiar el proceso hacia la independencia. El expresidente catalán también se ha mostrado dispuesto a llegar hasta el Tribunal de Estrasburgo porque sigue sin admitir que con la organización de la consulta del 9N no se cometió ninguna ilegalidad.

En cualquier caso, Artur Mas augura que al final " habrá pactos" con Cataluña porque es al propio Estado, aseguraba, al que más le conviene. De esta forma, Mas recordaba que España está muy endeudada y que de consumarse la ruptura y de no haber acuerdo, al día siguiente "el conjunto del país perdería hasta el 20% de su PIB y se quedaría con el 100% de la deuda pública". Una situación "insostenible", decía, que les obligará a sentarse en la misma mesa.

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