Este "artista" trabajaba en un banco antes de dedicarse a "cantar", luego algo sabrá de cuentas y números...
Conociendo a Ramoncín, esta mañana lo primero que hizo tras leer el artículo fue llamar a su equipo de 20 abogados para que emplumaran a todos aquellos que tuvieron que ver con la difamación, desde el dueño de Público, pasando por el técnico de la imprenta, hasta el trabajador del kiosko.