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Álex De la Iglesia anuncia que dimitirá después de la gala de los Goya

El director confirma su dimisión por el desacuerdo con la Ley Sinde. Santiago Segura dice que también abandonará la Academia si él lo hace

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Federico comenta la aprobación de la ley Sinde Es Noticia

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

Álex de la Iglesia no ocultó ayer su decepción por el acuerdo de PP, PSOE y CiU que resucitaba la Ley Sinde. El cineasta acudía a Twitter para hacer la primera valoración: "Lo hemos intentando, y no habido respuesta. Cero. Han pactado una ley que no conviene a NADIE. Dos intervenciones judiciales? Desastre", aseguró. Y es que, al director las dos intervenciones le parecen excesivas, aunque en realidad no alteran en nada el proceso.

Los internautas reaccionaban rápidamente, pidiéndole más que palabras a De la Iglesia: "Si de verdad te ofende la #leysinde dimite por ello, ninguno tenemos el impacto mediático que tienes tú.", le planteaban. La respuesta del director fue reveladora: "Me temo que es la única opción".

Los tuiteros le pidieron entonces coherencia en sus actos, y se escudaba alegando que "el tema es cuándo", en referencia a su dimisión. Los usuarios le ofrecían posibilidades "Oficialmente tras los Goya. Para terminar lo empezado. :-)", a lo que De la Iglesia respondía "sí, por ahí va".

Lo confirma en El País

Y, al fin ha llegado la confirmación de su dimisión. Él mismo dirige una carta a El País explica sus motivos: "Lo coherente es dejarlo. Acabaré lo que he empezado, eso sí, no quiero decepcionar a los compañeros de profesión, y prometo no empañar la ceremonia con este asunto. Quiero que sea la fiesta que todos esperamos. El debate continuará, pero en un lugar adecuado. Después de la gala, dimito como presidente. Seguiré siendo miembro de la academia, discutiendo y metiendo la pata como siempre, pero como director de cine, que es lo mío", asegura.

En la carta, De la Iglesia hace además un repaso a su trayectoria, donde dice haber aprendido mucho: "Comencé reconociendo que me bajaba películas, sobre todo porno, y sentó fatal a los distribuidores, a los exhibidores y toda la profesión en general. Incluso me llamó mi madre. Esas declaraciones adolescentes me llevaron a reunirme con ellos y entender su punto de vista. Lo mismo me ha pasado con el problema que nos ocupa, la posición de los creadores en la Red. Empecé haciéndolo fatal, sin conocer el tema a fondo y dejándome llevar por mis prejuicios, que son muchos y variados".

Después, el aún director de la Academia recuerda la reunión que tuvo con internautas: "Decidí reunirme con los que quisieran hacerlo para explicarme su punto de vista. Y de pronto descubrí que había muchos puntos en común. Nadie estaba a favor del todo gratis, estaban de acuerdo en reconocer los derechos (y obligaciones) del autor frente a su obra, y a todos les parecía correcto buscar una manera ágil y eficaz de hacerlo" expone. También recuerda su postura: "Yo, por mi parte, reconocí que el modelo de mercado necesitaba ser ampliado y corregido, que la oferta legal no era suficiente, y que compartir archivos con libertad era algo inamovible y deseado por todos".

Y a juzgar por sus confesiones, todo parece indicar que fue un momento enriquecedor: "Esta gente me dio una lección. Es cómodo hablar con los que te siguen la corriente: te reafirmas en tus ideas, te sientes parte de un grupo, protegido, frente al resto de locos que se equivocan. Por vez primera, aprendí que dialogar con personas que te llevan la contraria es mucho más interesante. Puede resultar incómodo al principio, sobre todo si eres soberbio, como yo. Pero cuando aprendes a encajar, la cosa fluye, y las ideas entran. En este país cambiar de opinión es el mayor de los pecados. Creo que tenemos instalado el chip de la intransigencia desde hace tiempo".

De la Iglesia, cumple con su dimisión, con la que cree que es la única cura a esta intransigencia: "La única manera de arrancárnoslo es mirar a la cara a la gente y decir lo que piensas con el convencimiento de que puede no ser cierto, que puedes estar diciendo o haciendo una tontería. No voy a dejar de discutir, pero francamente, prefiero hacerlo como director, que como presidente", concluye.

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