La culpa no es de la morisma, que siempre ha sido igual, algo hay que reconocerles, son sinceros, nunca nos han intentado engañar, somos nosotros, los occidentales, los que nos hemos querido engañar a nosotros mismos y en ello estamos. Los musulmanes son nuestros enemigos naturales, y hemos llenado nuestros países de estas hordas. Patéticas las medidas de las autoridades alemanas, qué es eso de detener a esos tíos hasta que acabe la fiesta de la cerveza, ni que fueran como aquellos hooligans del fútbol ingles a los que la policía obligaba a ir a comisaria hasta que se acabara el partido de su equipo. Espero que llegado el caso el pueblo alemán supere la incapacidad de sus autoridades y adopte las medidas contundentes que exige la amenaza permanente en la que viven.