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Sánchez Camacho sopesa romper su alianza con Mas en septiembre

Con los tambores de adelanto electoral sonando, el PP ya advierte de que podría dejar sólo a CiU en el inicio del curso político próximo. 

La presidenta del PPC, Alícia Sánchez-Camacho, ha avanzado que en septiembre, de cara al último trimestre del año, decidirá si retira sus apoyos parlamentarios a CiU tras su "escalada" en la "confrontación" con el Gobierno de España derivada del denominado pacto fiscal y su desmarque de los ajustes.

No obstante, Sánchez-Camacho apela a la "responsabilidad" y ha instado al Gobierno catalán a que se acoja al fondo de liquidez habilitado por el Gobierno y a que lo haga en iguales condiciones que el resto de autonomías, puesto que "el Govern sabe que no se trata de un rescate y que en estos momentos su situación es de insostenibilidad y de quiebra financiera".

"Creo que el Govern debería acogerse a este fondo para afrontar sus pagos porque no creo que tenga otra manera de afrontarlos, y debería hacerlo con las condiciones que se le exige y que le demanda el Gobierno de España, porque esas condiciones también se les pide al resto de comunidades autónomas", ha subrayado la líder del PPC en declaraciones a EFE.

Pero la aprobación del llamado pacto fiscal en el Parlamento regional sin el apoyo de los populares en los apartados que convierten la propuesta en una demanda del concierto económico vasco para Cataluña y el "equivocado lenguaje y gestos" que ha observado en dirigentes como el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell y el portavoz del Gobierno regional, Francesc Homs, hacen pensar a Sánchez-Camacho que en septiembre deberá replantarse sus apoyos a los nacionalistas en asuntos clave como los presupuestos.

"El talante catalán se había caracterizado por la moderación y el consenso y a mi me está sorprendiendo la manera de expresarse y de relacionarse del Gobierno catalán con el Gobierno de España", ha agregado Sánchez-Camacho, quien cree que la Generalidad debería "tranquilizarse" y "no debería alimentar una escalada de confrontación que no se corresponde con la realidad".

Sánchez-Camacho ve a los dirigentes de CiU más preocupados por sus intereses de partido que por las necesidades de los catalanes, alimentando la "confrontación" desde el "victimismo". Sólo entiende la estrategia del presidente catalán, Artur Mas, como una forma de "tapar la parálisis de su gobierno", ante un cercano ecuador de legislatura "sin nada que ofrecer a los catalanes", y por la falta de indicadores para la reactivación de la economía catalana, más allá de las exportaciones.

Además, al PPC no le ha gustado que "a las primeras de cambio" los nacionalistas catalanes se hayan desmarcado de los últimos ajustes del Gobierno cuando los populares habían apoyado los recortes en Cataluña. Así las cosas, la presidenta del PPC cree que la posición de su partido debe ser "muy clara": "tener una mayor exigencia en Cataluña en esta segunda etapa" de la legislatura.

Sánchez-Camacho ya ha transmitido a la dirección de su partido que "el PPC se replanteará ante el trimestre final del año su relación con CiU", cuando pondrá énfasis en los "incumplimientos permanentes" de los nacionalistas al no reducir "embajadas", la CCMA y el sector público, y "no permitirá" un nuevo plan de ajustes mientras CiU "mantiene sus políticas identitarias, manteniendo subvenciones, embajadas y gasto identitario". 

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