La portavoz popular ha participado este sábado en las fiestas de esta localidad vallisoletana, cuyo ayuntamiento se encuentra inmerso en una moción de censura mediante la que el PSOE podría arrebatar la alcaldía al PP con el apoyo de un independiente.
Tras asistir a una Misa Castellana cantada en la iglesia de la localidad, Sáenz de Santamaría ha declinado opinar sobre la situación del ayuntamiento y ha afirmado que no será ella quien "empañe ni un ápice la fiesta", en unos días que a su juicio son "para que los vecinos disfruten".
Según ha adelantado a los periodistas, su pregón relaciona la vida de la política y del vino, que "son primos hermanos", en cuanto a que ambos "exigen moderación, prudencia y paciencia".
"Importa el fondo pero también las formas, y es un ritual", ha proseguido la parlamentaria popular natural de Valladolid y por ello gran conocedora, como ha afirmado, de la cultura del vino y de su importancia para esta tierra.
"Los vinos los hay buenos y los hay peleones, que no quiere decir siempre que sean buenos", ha observado con ironía la diputada nacional, que además ha advertido de la importancia que tienen los caldos a la hora de querer llegar a pactos.
En ese momento, "hay algo que no falla que es el maridaje con el vino, porque eso templa mucho los ánimos para llegar a acuerdos".
La parlamentaria ha compartido desfile de bodegueros de las fiestas con el actual alcalde, el popular Javier Gallego, y también ha saludado a la concejala socialista Pilar Fernández, quien posiblemente será la próxima regidora del municipio.
También ha estado acompañada por el presidente de la Diputación de Valladolid y del PP de esta provincia, Ramiro Ruiz Medrano, quien en calidad de éste último cargo ha advertido que aunque la moción de censura es una figura legal es "una torpeza" hacerla coincidir con las fiestas de la vendimia y restarle protagonismo.