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Zapatero dice a los suyos que en un año recuperará la confianza de la mayoría

De puertas para dentro, el presidente del Gobierno se muestra convencido de que la derrota electoral del PSOE es consecuencia exclusiva de la crisis económica. Se da un año para remontar y recuperar la confianza de los ciudadanos. Un optimismo que no es compartido por todos en el seno socialista.

De puertas para dentro, el presidente del Gobierno se muestra convencido de que la derrota electoral del PSOE es consecuencia exclusiva de la crisis económica. Se da un año para remontar y recuperar la confianza de los ciudadanos. Un optimismo que no es compartido por todos en el seno socialista.

LD (Pablo Montesinos) El presidente del Gobierno, que todavía no ha dado explicaciones a los ciudadanos tras la derrota del PSOE, analizó este lunes los resultados electorales ante sus equipos de Moncloa y Ferraz. Unas reuniones en las que José Luis Rodríguez Zapatero lanzó un mensaje de tranquilidad; se le vio "sereno y optimista". Si bien admitió que existe "un desgaste" consecuencia de la grave crisis económica, no cree que sea el comienzo de un cambio político.

El jefe del Ejecutivo fue claro en su análisis: la derrota el 7-J se debe, única y exclusivamente, a la recesión. Sin embargo, se muestra convencido de poder remontar el vuelo sin modificar el rumbo de su política económica. Según coinciden varios rotativos, el plazo que se dan en el Gobierno es de un año; tiempo "suficiente" para que las medidas que se han adoptado empiecen a dar sus frutos.

Entonces, Zapatero augura que recuperará el apoyo de la mayoría de los votantes y que estará en condiciones de afrontar las elecciones municipales.

Las prioridades del presidente

Pese a ese teórico optimismo, el secretario general de los socialistas fijó ante la Ejecutiva Federal de su partido las prioridades que se hacen imprescindibles y que pasan por cerrar un acuerdo en la mesa del diálogo social, conseguir el ansiado pacto en materia de financiación autonómica y buscar acuerdos políticos estables de cara a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para 2010.

El presidente está especialmente preocupado con el tema de la financiación, que pilota el vicepresidente tercero Manuel Chaves. En su opinión, la baja participación en Cataluña (clave para la victoria del PP en las europeas) es un toque de atención al Gobierno, que reconoce, no obstante, que favorecer a la Generalidad de Montilla supondrá el rechazo de un buen puñado de Comunidades Autónomas.

También es cierto que en el seno del PSOE hay quienes empiezan a estar muy preocupados cuando ya acumulan dos derrotas electorales consecutivas. Cuenta El Mundo que se vislumbran dos tendencias: una favorable a la apuesta más socialdemócrata (liderada por Jesús Caldera), y otra que se inclina por explorar un acercamiento a algunas de las tesis del PP y del empresariado.

El papel de UPyD

Esto en clave económica, pero en la Ejecutiva socialista también se escucharon voces que reclamaron un cambio de rumbo en otras materias. Se exigió un debate en profundidad sobre los efectos de la nueva ley del aborto o la estrategia del dóberman que han protagonizado en la pasada campaña electoral.

Por último, en la reunión habitual de los lunes también se analizaron los resultados obtenidos por Unión Progreso y Democracia. Pese a lo que pensaron en un primer momento, la cúpula socialista cree ahora que el partido de Rosa Díez les ha robado más votos que al PP. "El resultado de UPyD es un dato a tener en cuenta", reconoció la secretaria de organización, Leire Pajín, en rueda de prensa.

Rajoy descarta pedir censuras o elecciones anticipadas

Ambiente muy diferente se vivió en la madrileña calle Génova, donde está situada la sede del PP. Allí, el líder del partido, Mariano Rajoy, analizó junto a su Comité de Dirección los resultados electorales y se esforzó en rebajar la euforia que ha invadido a muchos de sus dirigentes y, en especial, a Francisco Camps.

La cúpula del PP apenas habló de futuras estrategias y se limitó a analizar minuciosamente los resultados del 7-J. Capítulo en el que el presidente del partido tomó la palabra para moderar el optimismo que ha invadido a buena parte de los suyos. De primeras, ordenó no pedir ni mociones de censuras ni elecciones anticipadas.

El objetivo ahora, añadió, pasa porque el Gobierno se someta a una moción de confianza. Su secretaria general, María Dolores de Cospedal, tomó buena nota de ello y, ya ante los periodistas, reclamó este extremo porque Zapatero "ha perdido la confianza de los ciudadanos".

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