(Libertad Digital) Toda vez que el Atlético de Madrid tuvo que descartar el fichaje de Riquelme (que, al final, y tras sembrar de dudas su futuro, se comprometió con el Villarreal por las cuatro próximas temporadas), Toni Muñoz, director deportivo del club, se vio en la necesidad de acelerar las negociaciones por jugadores como Galletti y Petrov, cuyas conversaciones "estaban avanzadas". "Tanto Galleti como su club conocen el interés y esperamos que en los próximos días podamos alcanzar un acuerdo", afirmaba Toni.
Ese interés rojiblanco por ficharlo recibió respuesta por parte del jugador, lo que hizo que desde el club del Manzanares prácticamente se confirmara su fichaje. Pero el principal obstáculo residía en el acuerdo entre los dos clubes. En un principio, Alfonso Solans, presidente del Zaragoza, no estaba dispuesto a negociar, pero al ver el interés del jugador por marcharse al Atlético no le quedó más remedio que ceder. "Da la impresión de que la renovación no es deseable por él o por parte de su agente", llegó a afirmar Solans. Una vez entablados los contactos, el Zaragoza pedía 4 millones de euros, y el Atlético no estaba dispuesto a ofrecer más de 3.
Galletti, por su parte, dejaba claro que el único fleco que quedaba era que los equipos se pusieran de acuerdo. Incluso llegó a reconocer su encuentro con Toni en Alemania, a donde se ha desplazado para seguir sus evoluciones en la Copa Confederaciones. "Esperamos llegar a un acuerdo rápido", pedía Galletti, mientras su representante, Alejandro Camaño, se encontraba en Madrid tratando de cerrar el acuerdo con el Atlético.