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EDITORIAL

Manipular a vivos y muertos

La prensa progresista y la práctica totalidad de las cadenas de televisión –incluidas las públicas– en España parecen estar empeñadas junto con la Oposición en ganar la guerra que perdió Sadam. No tanto por adhesión a uno de los peores genocidas y torturadores de la Historia –aunque no escasean precisamente entre la izquierda antisistema quienes suscriben sus “métodos”– como por irracional fobia antiamericana. De otro modo, no sería posible entender cómo puede darse el nombre de “resistencia” a las bandas terroristas formadas con residuos de los verdugos de Sadam y elementos entrenados por Al Qaeda que atentan contra todo lo que pueda contribuir a la normalización, reconstrucción, modernización y democratización de Irak: ya sean soldados de la Coalición, ya se trate de la sede de la ONU –cuyos funcionarios, neciamente y con el visto bueno de Koffi Annan, se negaron a aceptar protección y vigilancia del ejército norteamericano–, sean policías iraquíes o miembros de legaciones diplomáticas como nuestro compatriota, el sargento primero del Ejército del Aire José Antonio Bernal Gómez, que el jueves fue asesinado de un tiro en la nuca por un grupo de “resistentes”.

Poco importa que la gran mayoría del pueblo iraquí –incluidos los chiítas– recibiera con júbilo y satisfacción la caída del tirano que había sembrado Irak de fosas comunes repletas de cientos de miles de kurdos, chiítas y opositores al régimen, muchos de ellos atrozmente torturados antes de ser asesinados. No es noticia que decenas de miles de iraquíes han comenzado a regresar del exilio para contribuir a la reconstrucción de su patria. Tampoco es digno de señalar que las cárceles de Sadam se han vaciado de presos políticos y que sus sayones y sus y torturadores han dejado de actuar. Ni, por supuesto, tampoco es creíble ni digno de tener en cuenta que el único objetivo de las fuerzas de la Coalición es ayudar a los iraquíes a construir lo antes posible una democracia y un Estado de derecho que les permita vivir en paz con sus vecinos y en libertad. Lo único que importa es que las fuerzas de la Coalición –especialmente el contingente español– salgan cuanto antes del país para que la ONU, que no supo hacer frente a su propia seguridad y que ha abandonado vergonzosamente Irak tras el brutal atentado que sufrió su sede en Bagdad, se haga cargo de la situación... Es decir, para que Irak se convierta en un nuevo Vietnam que poder echar en cara a EEUU y sus aliados.

Y parece que el único interés que para la prensa y los políticos de la Oposición tienen los heridos y los muertos caídos en la guerra o en los atentados perpetrados por la “resistencia” –especialmente José Couso, Manuel Martín-Oar y la última víctima, Antonio Bernal– es servir como pretexto de demagogia y manipulación. Siempre con el único fin de humillar y desacreditar a los EEUU y sus aliados, aunque sea a costa de la libertad de un pueblo entero y aun a despecho del respeto que merecen la memoria de los difuntos y el dolor de sus familiares. En este sentido, son especialmente reveladoras las palabras del padre de José Antonio Bernal Gómez, capitán en la reserva del Ejército del Aire, quien, indignado ante tanta intoxicación y tanta falta de sentido ético, hizo una advertencia en Radio Nacional a “todos esos que se ponen detrás de una pancarta... primero, antes de ponerse detrás de una pancarta, tienen que hablar con nosotros y ver lo que pensamos”. Afirmó que su hijo, que se había presentado voluntario, “murió en cumplimiento de su deber y al servicio de la nación” y que, a pesar del terrible dolor que sentía él y su familia, “tenemos la satisfacción del deber cumplido, al servicio de lo que la nación necesitaba”.

Sirva la entereza, el valor, la hombría y el patriotismo, tanto del padre como del hijo, de ejemplo a quienes, con tal de dar satisfacción a sus fobias, a sus prejuicios y a sus mezquinos intereses políticos, no dudan en jugar con la libertad de los vivos ni en manipular la memoria de los muertos.


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