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EDITORIAL

Zapatero se apunta a todo por la foto

Pero así y todo, el presidente del Gobierno se presenta sonriente en las fotos y vende como un gran éxito aquello que debería suponer un fracaso estrepitoso para quien defendía la idoneidad de la Constitución de Giscard contra viento y marea.

No se puede dudar de la capacidad propagandística de este Gobierno y su presidente. Se apuntaron el mérito de una Constitución Europea que pudo proponerse a los ciudadanos europeos por la renuncia de Zapatero a los derechos de votación adquiridos en Niza. A esa bajada de pantalones se le llamó "volver al corazón de Europa". Éramos lo mejor de lo mejor porque fuimos los primeros en votar sí en el referéndum, pero luego llegó lo de la France vote oui, que se convirtió en un no, y todo se vino a pique.

Después de que nos dejaran en paz un par de años, algo que todos los europeos de bien agradecemos pero que a los políticos les parece una "crisis institucional", Sarkozy tomó la iniciativa nada más llegar al Elíseo y ha logrado que todos los Estados miembro consensúen un minitratado. Gracias a la presión de los polacos, en él se prorrogará durante diez años el peso político que España y Polonia lograron en Niza y al que Zapatero renunció por mor de un eslogan. Pero así y todo, el presidente del Gobierno se presenta sonriente en las fotos y vende como un gran éxito aquello que debería suponer un fracaso estrepitoso para quien defendía la idoneidad de la Constitución de Giscard contra viento y marea. Propaganda pura.

Es cierto que Zapatero carece de una política europea que vaya más allá de la foto. Tampoco podría ponerla en marcha de disponer de ella, pues ha convertido a España en un actor tan insignificante que ya ni se le tiene en cuenta a la hora de decidir la política de la Unión respecto a Cuba. Y gracias. Pero cuenta con que al ciudadano corriente y moliente ni sabe de sus fracasos ni le importan lo más mínimo, y es probable que tenga razón.

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