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Ignacio Villa

El año próximo, en Localia

Gallardón ha montado un nuevo espectáculo. Llevaba tiempo el Alcalde de Madrid sin llamar excesivamente la atención, incluso el pasado lunes, en la tradicional cena de Navidad del PP de Madrid, pasó sin pena ni gloria. Ya parecía extraño que el primer edil madrileño estuviera tanto tiempo callado. Antes o después tenía que saltar, y así lo ha hecho.
 
En plena Nochebuena, cuando los políticos se toman unas horas de descanso, cuando existe un cierto acuerdo general para que en una fecha tan señalada el protagonismo se lo lleve "en exclusiva" el discurso navideño del Rey, aparece el Alcalde de Madrid creando una polémica inexistente sobre algo irrelevante. Sale de nuevo este alcalde que concibe la política como un gran espectáculo mediático, volviéndose a olvidar de que el primer objetivo del político es el servicio público.
 
Ruiz Gallardón es un especialista en convertirse en el centro de atención. ¿Alguién se acuerda de los contenidos de las felicitaciones navideñas de Álvarez del Manzano? Pues, sinceramente, no, puesto que una felicitación de estas características no tiene relevancia política. Pues bien, ha llegado este señor y a la primera de cambio ha buscado el numerito.
 
Inicialmente, quería dirigirse a los madrileños desde Televisión Española y desde Telemadrid en una intervención institucional "cuasi-presidencialista". Ante la imposibilidad de realizar ese deseo en condiciones –el tiempo que se le concedía era simbólico– ha optado por una fórmula de "pataleta". Gallardón se dirigió a los madrileños desde "Radio-taxi", es decir, desde una emisora de radioaficionados para la que tienen receptor 1.000 taxistas de Madrid de los 12.000 que componen este servicio ciudadano. Como ven, un auténtico impacto en la opinión pública.
 
¿Que razones pueden haber empujado a Gallardón a tomar esta decisión? Pues sencillamente, lo dicho, llamar la atención. Volver a desmarcarse de todos. Aunque hay que reconocer que sorprende que el Alcalde de Madrid no haya recurrido a sus "amigos" de Localia para enviar su "cariñoso" mensaje a los madrileños. Quizá es que a ningún colaborador suyo se le ha ocurrido esa posibilidad; quizá es que le ha dado "verguenza torera" tanta evidencia. Sea como fuere, no lo duden, el año que viene veremos a Gallardón en la tele de Polanco. Y sino, al tiempo.
 
Mientras llega ese momento, ya habremos asistido a nuevos espectáculos Gallardón. Tenemos todo un año por delante.

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