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Ignacio Villa

El hablar de los ministros

A alguien le puede parecer secundario, e incluso superficial, lo expuesto aquí, pero no estaría de más que algunos ministros repasaran los principios de la gramática española. A los ministros del Gobierno de España se les debe pedir, y en ocasiones exigir, que hablen y se expresen en público con claridad y con propiedad, pero sobre todo con un castellano inteligible.

No hay que dar nombres y apellidos, pero no hablamos genéricamente, hablamos de una ministra. Para más datos, de Ciencia y Tecnología. Y, por sí queda alguna duda, de origen catalán. España es un país rico cultural y lingüísticamente. Nadie pone en duda en estas líneas las raíces y la historia del catalán, el gallego o el euskera.

Lo que aquí se plantea es que un miembro del Gobierno de España debe expresarse con corrección en público; en la lengua oficial, como es el castellano. En Bélgica, país europeo del bilingüismo, no se entiende que un ministro no utilice correctamente el francés y el flamenco. En España se debería exigir lo mismo. Aunque existan miembros del gabinete que por su origen sean catalano parlantes, deberían hablar también correctamente la lengua de todos.

No es una cuestión de acento o de giros lingüísticos. Es una cuestión de construcción de frases, de expresividad y de propiedad. No se pide nada del otro mundo. Es casi una obligación de un cargo público. El presidente Aznar, tan buen conocedor del castellano, podría recomendar unas cuantas lecturas a algunos miembros de su gabinete. Lecturas, bien escogidas, que mejoraran la calidad de su expresión.

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