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Ignacio Villa

El PSOE se apunta a la inestabilidad

El Partido Popular, ¡menos mal!, se ha decidido a reaccionar ante algo que ha ido a más estos últimos días: la actitud incendiaria y provocadora de manifestaciones y manifestantes contra la guerra. Una actitud, que, sin duda, ha sido azuzada desde las filas del PSOE e IU.

¡Por fin! Este viernes han decidido salir en tromba, denunciando lo que ya era una realidad desde hace semanas. Aznar desde Bruselas, Rajoy en la rueda posterior al Consejo de Ministros y García Escudero en la calle Génova han entrado en danza dejando las cosas claras: el PSOE, primer partido de la oposición, ha optado definitivamente por la política asamblearia y de trinchera, pero sobre todo por la crispación. El PSOE ha decidido lanzarse a la calle a protestar, pero con un agravante: la estrategia se les ha ido de las manos. Se han puesto al frente de la manifestación, pensando que montando ruido iban a sacar réditos electorales. Pero la realidad ha sido muy diferente.

El PSOE de Zapatero se ha subido, ellos se lo han buscado, en el mismo tren que Izquierda Unida; y además se han cogido de la mano de toda una tribu urbana anarquizante que sólo busca la inestabilidad social. Los socialistas han pasado la frontera de la congruencia y de la coherencia, se han encontrado, gracias a su propio esfuerzo, en el terreno de las formaciones marginales cuyo único objetivo es la "movida callejera".

Hace algún tiempo que los socialistas están trabajándose este "jardín". Comenzó con la entrega de los Goya, ha seguido con las manifestaciones contra Aznar y ahora se centran en las manifestaciones de estudiantes que están llenando de insultos, pintadas y pedradas las calles de media España. Pero no acaba ahí todo, puesto que ahora ya hemos entrado en una dinámica muy peligrosa de la intransigencia y del dogmatismo. El asalto a Instituciones del Estado como el Congreso de los Diputados, el ataque a distintas sedes del PP y los actos de boicot a las comparecencias públicas de los candidatos populares son gestos de una gravedad extrema. EL PSOE parece dispuesto a romper la baraja. Lo que los socialistas no hicieron en los años de la UCD, parecen dispuestos a hacerlo ahora. Su único escenario, la calle; su única obsesión, la revuelta; su único objetivo, la pancarta.

El PSOE ha entrado en una dinámica incomprensible para un partido que quiere gobernar España. Y el PP, aunque algo tarde, ha reaccionado. Lo que está haciendo el Partido Socialista es jugar con fuego. Y ya ha comenzado a quemarse.

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