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Ignacio Villa

Europa toma nota de Zapatero

Con la incitación a la huelga general, el Partido Socialista ha cometido muchas equivocaciones que el tiempo irá poniendo en su sitio y que, antes o después, terminarán pasándole factura. En la forma y en el fondo, el PSOE ha animado a la participación en la huelga mientras intentaba guardar las apariencias (torpemente). Además, ha cometido un error que no entraba en sus cálculos: no valorar el desgaste internacional que le puede causar su descarado apoyo a la iniciativa de los sindicatos mayoritarios. Han vuelto a caer en el mismo error, diseñando mal su estrategia y colocando piedras en su propio camino, ya de por sí complicado y en algunas ocasiones tortuoso.

Su actitud ante la huelga general está provocando en el PSOE un grave deterioro en su imagen exterior. El socialismo español pierde prestigio y ascendiente en el panorama internacional, incluso entre los pocos gobiernos europeos que quedan actualmente de raíz socialdemócrata. En Europa no se entiende que un partido con vocación de alternativa y con la experiencia de trece años en el poder esté implicado, como lo está, en una huelga como esta. Los gobiernos de Suecia, Reino Unido o Alemania, todos ellos del mismo color (o parecido) que el partido de Zapatero, observan con asombro lo que están haciendo sus colegas socialistas en España. Parece como si el PSOE hubiera perdido de vista que la solvencia como partido en la oposición se va labrando con una actitud constante y coherente. Se supone que un partido que sabe lo que es gobernar ha de mantener un estilo de hacer política concreto, guardando las formas en cuestiones básicas.

Pero lo cierto es que a más de un líder europeo no le hace mucha gracia verse en el futuro sentado junto a un personaje que se ha jaleado una huelga general como estrategia de oposición. Esta actitud beligerante y destructiva de Rodríguez Zapatero le puede cerrar muchas puertas, tanto en el presente como, por supuesto, en el futuro. España necesita cuidar su imagen política y eso se hace desde el Gobierno, pero también desde la oposición. Sin embargo, en España, el Partido Socialista no responde a tales necesidades; no actúa a la altura esperada. En definitiva, el PSOE se sitúa con su actitud en la fila de la irresponsabilidad y de la falta de seriedad. Europa mira ahora con un punto de desprecio al socialismo de Zapatero. Ellos solos se han metido en este callejón sin salida ni luz. Un despropósito más de este PSOE sin dirección.

En España

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