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Ignacio Villa

La "Cumbre Ibérica" de Corfú

Hasta la isla griega de Corfú se han ido el presidente del Gobierno español José María Aznar y el primer ministro portugués Durao Barroso para mantener lo que desde Moncloa han llamado “Cumbre Ibérica”. Un verdadero despropósito. Una forma, sin duda, suntuosa de intentar esconder lo que era visible para todos: Aznar no tiene la capacidad de convocatoria internacional que se nos ha intentado hacer creer desde su círculo más cercano de colaboradores.

Este fin de semana se ha celebrado en Corfú la reunión anual de la
dirección de la Internacional Demócrata de Centro, la antigua Internacional Demócrata Cristiana, refundada el año pasado en México y de la que ahora es presidente José María Aznar. Esta reunión de Corfú pretendía ser una convocatoria del propio Aznar a los jefes de Gobierno de la IDC. Estaba anunciada la presencia del italiano Berlusconi, el austriaco Schussel, el luxemburgués Juncker y el portugués Durao Barroso. Al final ha sido el portugués el único que ha acudido a la cita, dejando en evidencia que los viejos piropos hacia el “centro reformismo” de Aznar ya no levantan los halagos y los revuelos de antaño. La llamada “receta Aznar” que en otros tiempos era foco de atención en los círculos del centro derecha europeo ya no está en el escaparate de la moda. Una cosa es tener el poder y otra es estar ya de retirada.

La llamada torpemente “Cumbre Iberica” de Corfú es la muestra inequívoca de un fracaso político para aquellos que han querido dar una imagen desenfocada de la realidad. Es, también, el ejemplo más claro de una deficiente política informativa en un momento en que el PP tiene muchos y muy variados frentes abiertos. Y es que a la hora de la verdad, el camino europeo es muy complicado. Y la muestra más clara es que los teóricos “amigos políticos” de Aznar le están dando la espalda. No es lo mismo “llevarse bien” que rendir una cierta pleitesía política. Ahora mismo, el presidente Aznar tiene una buena relación con los distintos líderes europeos, pero eso no quiere decir que se identifiquen con su proyecto político y mucho menos que le prometan apoyo inquebrantable ante la posibilidad de que Aznar aspire a ser presidente permanente de la Unión Europea.

En estas circunstancias, viene como anillo al dedo aquel refrán de: “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Lo de Corfú ha sido un plantón en toda la regla. Y lo de la “Cumbre Ibérica” es una torpe maniobra de unos torpes propagandistas. ¡Parecen nuevos!

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