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Ignacio Villa

Una vasca para el País Vasco

La decisión del Partido Popular del País Vasco de nominar a María San Gil como candidata a lehendakari en las próximas elecciones autonómicas es la confirmación de que los populares vascos, después de la marcha de Jaime Mayor Oreja a Bruselas, mantienen el camino correcto emprendido hace ya muchos años. Un camino de principios, de claridad y de insistencia a la hora de apostar por unas ideas políticas. El Partido Popular ha decidido apostar por una vasca para el País Vasco. Alguien que ha vivido desde hace años, minuto a minuto, la realidad de la sociedad vasca constreñida por el nacionalismo por un lado y castigada por el terrorismo etarra por otro. Es una elección correcta de alguien de la tierra que lleva haciendo política, de puerta en puerta, y que ha pasado por todas las situaciones posibles que han atravesado los populares en aquella Comunidad Autónoma.
 
María San Gil vivió en primera línea el asesinato de Gregorio Ordóñez, ha sufrido con sus familias cada uno de los asesinatos de los militantes del PP en tierras vascas, le marcó como a tantos el tremendo asesinato de Miguel Ángel Blanco, ha sido una constante colaboradora de Mayor Oreja a la hora de articular un frente constitucionalista en las últimas elecciones autonómicas, ha dado la cara en el Ayuntamiento de San Sebastián ante un elemento como Odón Elorza. María San Gil ha luchado de cerca contra la ambigüedad primero y contra la connivencia después de los nacionalistas con el terrorismo etarra. Ha sido una de las más fieles y rotundas defensoras de la libertad y de la democracia en un lugar donde el partido único y el mensaje monolítico del nacionalismo ha determinado la vida de miles de ciudadanos.
 
La elección de María San Gil es la continuidad de unas ideas y de un mensaje político, pero al mismo tiempo es la renovación en las formas. Con esta nueva candidata el Partido Popular rejuvenece su oferta y también sus equipos. Con San Gil, los populares vascos deciden seguir dando la cara por la democracia desde el sentido común y desde la coherencia. Es cierto que el camino que tienen por delante es complicado, pero tienen lo más importante: un proyecto político. Ahora la clave es que todos aquellos que su nombre aparecía también en las quinielas sepan enterrar ese "trocito" de protagonismo y arrimen el hombro para trabajar en equipo. La decisión está ya tomada y todos deberán ponerse detrás de la nueva candidata. Pase lo que pase en las elecciones del año próximo, la elección del Partido Popular ha sido un signo claro de madurez política.

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