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Isabel Durán

La antesala de La Moncloa

Con la cesión de Navarra —cuarto compromiso adquirido con los terroristas—, ZP cava su tumba política de cara a las legislativas

Lo mejor que le podría haber pasado al presidente del Gobierno es que UPN no hubiera perdido la mayoría en Navarra. ¿Cómo explicar la entrega de la comunidad foral a Patxi Zabaleta, es decir, a ETA-Batasuna y sus matones independentistas? ¿Y la alcaldía pamplonesa a Uxue Barcos a pesar de la victoria de UPN? Con la cesión de Navarra –cuarto compromiso adquirido con los terroristas–, ZP cava su tumba política de cara a las legislativas.

Resulta crucial lo ocurrido en el histórico territorio foral y la entrada a saco en las instituciones de ETA de la mano de ZP. Pero estas elecciones se dirimían y se dirimen también en Madrid. La Comunidad de Aguirre es el bastión de la esperanza en el futuro de España. Una victoria apoteósica que demuestra hasta qué punto es importante la firmeza en la defensa de unos valores irrenunciables, en los principios liberales y en predicar con el ejemplo. Sin duda, un modelo a seguir.

Madrid supone además el monumental batacazo de José Luis Rodríguez Zapatero: el hercúleo ridículo político protagonizado por el inquilino de La Moncloa desde la designación digital de Sebastián "el sucio" como candidato a regidor de la capital de España tras las calabazas de sus antecesores. ¿Y qué decir de la bochornosa desaparición del personaje del escenario político durante el recuento de las papeletas hasta las 23:30 horas? Que retrata de nuevo al personaje: muñidor de dossieres desde la Oficina Económica del presidente, acosador de intimidades y político cobarde hasta el final. Por lo demás, la victoria de Gallardón teñida de una visible tristeza ha sido lo más reseñable de su primera aparición pública.

En Baleares comenzó hace ocho años la práctica del todos contra el PP. Hoy, aquel vandalismo electoral se ha instaurado por parte de quienes se autodefinen como la progresía. De nuevo, por sólo un escaño, el saqueo político de la voluntad mayoritaria se impondrá en las islas, salvo que pacte la nacionalista Munar. El tripartido anti popular en Navarra no será como el gallego o el balear. Debería tener consecuencias definitivas para convertirse en el principio del fin de Zapatero. El PP ha ganado en votos en las municipales y autonómicas. Es más, ha arrasado en Madrid, Valencia y Murcia. Pero la antesala de La Moncloa para la formación de la calle Génova será la entrega pactada de Navarra por parte del presidente más nefando de España.

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