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Querría poder dejar de hablar alguno de estos días de la extraña situación deportiva que vive el Barcelona, pero es que esta deliciosa pareja que forman Gaspart y Van Gaal no deja de producir chascarrillos. Como en la telenovela desapareció otro personaje con gancho, José Luis Núñez, ahora los guionistas quieren darle protagonismo poco a poco, como quien no quiere la cosa, a la señora de Van Gaal. Podríamos empezar por decir que aquí el único que duerme realmente bien, lo que aquí denominaríamos “a pierna suelta” o bien “como un tronco”, es el entrenador del equipo. El resto, desde el presidente hasta los “convergentes”, pasando por mismísima la mujer del holandés, no pegan ojo por las noches pensando en la que se les puede venir encima. Si bien hay que decir, en descargo de Van Gaal, que el día posterior a la eliminación copera ante el Novelda se levantó con un “ligero dolor de cabeza”. Le pitarían los oídos, digo yo.

Dice Van Gaal (ya sabía yo que nos iba a dar juego el pillín) que el jueves iba camino del Nou Camp y por la autopista le iban saludando el resto de conductores... ¡Serían del Real Madrid! El otro día leí por ahí que Convergencia y Unión, últimamente muy preocupada por el espinoso y neurálgico asunto del límite de velocidad por la carretera, estaba empezando a movilizarse para levantarle la silla al susodicho Gaspart. Dicen que desde el despacho presidencial del estadio Santiago Bernabéu se le oyó gritar “¡por encima de mi cadaver!” a F.P... Hay que ver qué cariño le ha cogido el “conseguidor” a su homólogo culé, son como hermanos de sangre.

¿Y qué pinta Convergencia en todo este asunto? Pues parece que mucho. En su momento se especuló con que CIU hubiera estado detrás de la “guerra psicológica” ejercida sobre Núñez que, desesperado y hostigado, no tuvo otra que dimitir. Si ahora a Pujol, en víspera de año electoral, le interesa un Barcelona tranquilo, no me cabe la menor duda de que moverá sus influencias para derrocar al presidente.

Por último: no sé por qué carretera viajará Van Gaal camino del Nou Camp, o si lo que sucedió realmente es que soñó que le querían mientras su propia esposa y el presidente del Barcelona eran incapaces de dormir. En cualquier caso me gustaría comprobar la reacción de los culés tras estas palabras de su entrenador al día siguiente de la eliminación contra el colista del Grupo III de la Segunda División B: “Mis estadísticas están ahí, yo he ganado más partidos que he perdido”. ¡Olé torero!


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