El vicealcalde Manuel Cobo exige contención y promete que el respeto escrupuloso que estamos teniendo los periodistas españoles hacia los miembros del Comité Olímpico Internacional obtendrá el consiguiente premio este próximo 6 de julio en Singapur. Nos contendremos, pues, a la espera de que el "6-J" de marras nos toque en la rifa olímpica el deseado perrito piloto, aunque me temo lo peor, me temo que el francófono Rogge nos mandará para casa con los bolsillos vacíos, las orejas gachas y el ánimo por los suelos. El vicealcalde nos pide precaución, como reclamara nuestra admirada Perlita de Huelva para todos los conductores de España, y la tendremos, tendremos precaución, toda la precaución del mundo. No adelantaremos a la prensa sensacionalista inglesa en pleno cambio de rasante, ni tampoco entraremos al trapo de las quinielas francesas.
Jacques Rogge dice que todo es mentira, que él no sabe nada, que no entiende, que no comprende, que ni sabe ni contesta, que le pregunten a otro, si puede ser al de al lado mucho mejor que a él, y lo que más miedo me da es que dice todo eso exactamente con el mismo rictus con el que Henry Gordoff, interpretado magistralmente por Paul Newman, se hacía el borracho en aquella mítica partida de póker de "El Golpe" en la que dejaba literalmente tiritando al temible gánster y reconocido tramposo Doyle Lonnegan, a quien daba vida el inimitable Robert Shaw.