Peor, mucho peor que el resultado de 1-0 en Vallecas, debe parecerle a un aficionado culé el análisis posterior que hizo Van Gaal del partido contra el modesto Rayito, un equipo que se jugaba la vida. Porque, aunque ustedes no se lo crean, don Louis sólo observó aspectos positivos de esta nueva derrota. El Barcelona jugó su mejor partido de los últimos cinco, pero perdió. Sus futbolistas lo dieron absolutamente todo, pero perdieron. Y el Rayito, que según Van Gaal sólo disfrutó de una ocasión de gol, resulta que la transformó. El caso es que si, en palabras de su propio responsable técnico, el Barcelona lo bordó y resulta que acabó derrotado, sólo Dios puede saber exactamente qué sucederá el día que, además de todo lo anteriormente expuesto, el equipo juegue mal al fútbol.
Hay un hecho que demuestra –si es que todavía hace falta demostrarlo– el profundo desconocimiento que Van Gaal tiene acerca del club al que representa. En la sala de prensa, el holandés dijo que el Barcelona todavía podía estar peor, que podía estar el último de la clasificación general. El simple hecho de que, tras un esperpéntico 1-0, Van Gaal dijera eso ya era motivo suficiente como para que le cesaran. A su llegada a la ciudad condal, un aficionado se encaró con él: "mírame bien; yo soy culé desde pequeñito, y no como tú", y acabó apuntillándole así: "¡madridista, que eres un madridista!". Van Gaal sonrió y sacudió la manita, saludando como si fuera la Reina de Inglaterra. No entendió nada. No sabía de qué le estaban hablando. El estaba feliz con el jarrón ("mi primera copa") que un periodista chino le había regalado la víspera.
Resulta paradójico que sea precisamente el último en llegar quien aplique el término "vergüenza" a la situación por la que atraviesa el Barcelona. "Yo siento vergüenza al ver dónde estamos", dijo Juan Román Riquelme, precisamente el futbolista más destacado del partido de Vallecas. Y es que J.R. procede de Boca Juniors, un club sin dinero pero con casta, sin presupuesto millonario pero con la dignidad disparada. Kluivert le echó la culpa a la defensa ("lo importante es que no sigan marcándonos goles"), cuando Puyol les ha salvado mil veces del ridículo más absoluto. Frank de Boer ni se entera, y coincide plenamente con su amigo Van Gaal.
Me asaltan ahora unas cuantas dudas: ¿dónde colocará Van Gaal su jarroncito chino? ¿en la casa de Sitges o en la de Barcelona capital? ¿tendrá que pasarle la mopa su asistenta en el vuelo de regreso hacia Holanda? ¿será un jarroncito de la dinastía Ming? ¿o será tan falso como él? ¡Tiene "jarrones" la cosa!
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