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NUEVO LIBRO DE PÉREZ-DÍAZ

Sueño y razón de América Latina

Encontramos en este excelente ensayo un análisis de las causas por las cuales América Latina no ha logrado salir adelante de forma satisfactoria tras la Segunda Guerra Mundial, al modo europeo o norteamericano. Las causas son de muy diversa índole, pero Víctor Pérez-Díaz tiene la convicción de que los responsables finales son los propios habitantes de la región, no como grupo o agente colectivo sino como individuos.

Encontramos en este excelente ensayo un análisis de las causas por las cuales América Latina no ha logrado salir adelante de forma satisfactoria tras la Segunda Guerra Mundial, al modo europeo o norteamericano. Las causas son de muy diversa índole, pero Víctor Pérez-Díaz tiene la convicción de que los responsables finales son los propios habitantes de la región, no como grupo o agente colectivo sino como individuos.
No son para él sujetos pacientes o víctimas de la historia, sino responsables directos de su destino, en su vida diaria, cuando trabajan, (se) educan o participan en los mercados. No busca el autor las causas del retraso de la región en grandes procesos estructurales, sino que implica en todo el proceso a los ciudadanos, que, al ser los responsables –incluso los causantes– de la situación actual, son también los encargados de solucionar los problemas a que se enfrentan.
 
No pueden esperar soluciones exteriores ni milagros institucionales, no pueden tener sueños delirantes ni confiar en la razón equivocada; el sueño y la razón de América Latina depende del individuo, de su capacidad para dejar atrás un pasado lleno de experimentos colectivistas, experiencias estatistas y gobiernos caudillistas.
 
Pérez-Díaz parte de esta base, pero considera que los habitantes de la región han tomado conciencia ya de esta realidad, han asumido que las aventuras de los actores anteriores (caudillos militares, estamentos privilegiados, jerarquía eclesiástica, profetas de la revolución) no han traído a sus vidas seguridad y prosperidad y, lo que es más importante, se han dado cuenta de que las fórmulas que les permitirán llegar hasta éstas no deben ser inventadas o soñadas, porque ya existen: conforman lo que el autor llama un "orden de libertad", o sociedad abierta.
 
La sociedad abierta, civil o libre, como se prefiera, es un orden cuya finalidad es garantizar la mayor libertad individual posible a través de un marco institucional formado por una democracia liberal, una economía libre de mercado, un Estado de Derecho, una esfera pública plural y, desde luego, un tejido asociativo dinámico.
 
Retrato de David Hume, uno de los padres del liberalismo.Los países latinoamericanos han permanecido al margen de este tipo de sociedades por los regímenes estatistas, corporativos y dictatoriales que se impusieron con gran éxito en la región entre 1930 y 1980, y que dificultan todavía la transición hacia ese orden de libertad que el autor defiende.
 
Pero ahora han abierto los ojos y están descubriendo que una sociedad civil fuerte es una posibilidad y no una utopía, y que, tras el fracaso de los regímenes colectivistas –a finales del siglo pasado–, la teoría moderna de la sociedad descrita por los padres del liberalismo, que ha servido y sirve de espejo para el desarrollo de sociedades prósperas, puede ser la respuesta a sus problemas.
 
El autor aboga por la puesta en pie de sociedades en las que el individuo goce de una libertad amplia, sin apenas intervenciones exteriores que limiten su campo de acción; sociedades en las que los individuos sean responsables de sus vidas y de la construcción de su entorno.
 
América Latina lleva mucho retraso, pero, tras los duros años de las dictaduras y la década perdida de los 80, comienza a vislumbrarse el despertar de la sociedad civil.
 
En ella no bastan las opiniones de grandes expertos de organismos internacionales, el consejo de los líderes políticos o las creencias de las elites culturales. La visión desde "arriba" necesita la práctica de "los de abajo", de la sociedad, de los individuos. Los debates que desembocaron en el Consenso de Washington se caracterizan por tratar de asegurar el funcionamiento de una economía de mercado, de una democracia y de un Estado de Derecho de una forma bastante sensata, según el autor, pero no pueden olvidarse los factores particulares de cada país y la singularidad de cada individuo, su historia y su modo de interactuar con los demás.
 
En un orden de libertad se producen continuos ajustes entre los diferentes agentes que ejercen su libertad de formas diferentes y que conviven entre sí, y para Pérez-Díaz los líderes y expertos que se encuentran en las grandes cumbres al margen de la experiencia diaria no pueden ni deben gobernar en el día a día.
 
Por ello, al estar la clave en los ciudadanos, a las nuevas instituciones creadas para garantizar el orden de libertad debe acompañarlas un profundo cambio en las mentalidades. Sin este cambio puede ocurrir que sociedades no acostumbradas a los mecanismos de la economía de mercado y la democracia intervengan constantemente con tendencias planificadoras o busquen conformar elites privilegiadas.
 
Francisco de Goya: EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS.El cambio de mentalidad hacia un orden de libertades es, pues, el camino que puede llevar a América Latina a salir de la espiral de violencia, falta de seguridad, estatismo, elitismo –y demás factores retardantes– que ha caracterizado su pasado reciente y, en parte, su presente.
 
Afirma el autor que en nuestra cultura la felicidad está asociada al sueño, y la melancolía al desengaño. Pero hay sueños de la razón que, como bien saben en América Latina, producen monstruos, por lo que el desengaño puede ser motivo de felicidad. El desengaño de épocas pasadas, en las que las izquierdas colectivistas, las jerarquías eclesiásticas o la combinación de ambas ofrecían sueños de omnipotencia, debe conducir América Latina a un futuro prometedor. El desengaño es el camino hacia adelante: desengaño de las economías planificadas, las autarquías, el caudillismo, los milenarismos religiosos, la retórica de los colectivo. El desengaño permite ver lo que antes permanecía oculto.
 
Víctor Pérez-Díaz es muy cuidadoso durante todo el libro: no ofrece opiniones gratuitas y se cuida de ofrecer soluciones generales infalibles; pero para combatir los grandes problemas actuales de América Latina sugiere una combinación de economía de mercado y democracia liberal y una esfera política de moderación y tolerancia. Una receta que es de agradecer, pues no es nada habitual leer en las obras de la sociología contemporánea española (y no sólo española) perspectivas liberales expuestas con tanta sencillez y claridad como rigor.
 
Estas claves, que podemos encontrar en otros libros del autor (que deben ser leídos con igual atención y con el mismo placer que este Sueño y razón de América latina), son las que pueden permitir el desarrollo de ese orden de libertad que muchos deseamos pero del que pocos disfrutan.
 
La libertad es el objetivo fundamental, y este libro puede permitir a los lectores tener una perspectiva más clara del camino que lleva hacia ella, por lo que sin duda recomendamos su lectura.
 
 
Víctor Pérez-Díaz, Sueño y razón de América Latina, Madrid, Taurus, 2005, 278 páginas.
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