Menú
Pedro de Tena

Larga vida al régimen

Pues sí, seguimos en el Tinell, en el frente anti PP, en el todo está permitido contra el PP, el mal absoluto, 'la gran cosa mala'.

Contemplando las increíbles secuencias de la peli parlamentaria andaluza El golpetazo en la Mesa jamás contado, casi anonadadas ya por el caso Rato, la Feria de Sevilla y la violencia escolar, habría que fijarse especialmente en Podemos y Ciudadanos y el comportamiento de sus respectivas bancadas. Lo que ocurrió no fue una pelea por las sillas del bipartidismo decadente, como lo calificó la cada vez más asombrosa por superficial y obtusa podemisa Teresa Rodríguez (habrá que oírla cuando a Podemos le quiten siquiera un cojín). Lo que sucedió fue que un presidente de mesa por edad perteneciente al PSOE, nada menos que un ex alto cargo del PSOE de Manuel Chaves y exconsejero, se atribuyó funciones ilegales, ignoró el voto de 33 diputados del PP, lo silenció y distribuyó los puestos de la mesa según convenía a Susana Díaz. Esto es, incurrió en un delito, lo que se comprobará cuando ya no sea menester, y humilló a la democracia.

La explicación de Podemos es la que conviene al régimen que se dé. Dado que es una bronca del perverso bipartidismo, Podemos no interviene. Eso es precisamente lo que le hace falta a Susana Díaz para mandar en toda la legislatura y en todas partes. De hecho, a pesar de que podría haberse articulado una estrategia de todos los que quieren un cambio para Andalucía para arrebatar, al menos, la presidencia del Parlamento al PSOE, Podemos se ha negado para "no contaminarse" con el olor del PP, al parecer muchísimo más horrible, en España y en Andalucía, que el del PSOE. De hecho, nadie ha escuchado a Iglesias pedir la dimisión de Susana Díaz, Pedro Sánchez y demás cohorte. 

Pues sí, seguimos en el Tinell, en el frente anti PP, en el todo está permitido contra el PP, el mal absoluto, la gran cosa mala. Es el sucedáneo de frentepopulismo impulsado por las izquierdas en este país, que cabalga de nuevo en cuanto ha aflorado la debilidad de un PP que ha perdido importantes banderas que nunca debió perder: la de España, la de la coherencia intelectual y moral, la de la honestidad de la política y la de la libertad de los ciudadanos ante la dimensión casi satánica del Estado. Ya sabemos que Podemos, pase lo que pase, surja la mierda que surja de las cloacas socialistas, nunca aceptará como prioridad el acabar con un régimen infecto e ineficaz. Aspiran al mismo régimen, pero mandando ellos y seguramente mandando muchísimo más.

Pero ¿y Ciudadanos? ¿Vale la explicación a posteriori de un líder andaluz, Juan Marín, diciendo con la boca pequeña que en realidad el PP tenía razones de peso para actuar como actuó? No, no vale porque después diluyó el punto central de su argumento en un galimatías sobre el diálogo y llegó a decir que la Mesa nombrada es la que tenía que haber, a pesar de lo ocurrido. Si este es el cambio que propugna Ciudadanos para Andalucía, aviados vamos, arrieros somos y en el camino nos encontraremos.

El señor Marín parece no saber mucho de democracia ni haberse leído el reglamento o no haberlo querido leer. Lo que sí sabe es poner cara de pastelero sanluqueño con el resultado final del relamido del PSOE y del régimen.

Qué distinto espectáculo hubiera sido, con un presidente por edad vergonzoso en forma y fondo y un presidente electo con graves manchas en su expediente, si el PP andaluz se hubiera levantado de sus asientos y hubiera abandonado la sesión seguido, al menos, de Ciudadanos. Pero ocurrió de todo menos el acto de dignidad democrática que era de esperar. De lo de IU no quiero hablar porque me da fatiga. Y hablar del PP me da cada vez más pena.

¿Pardillos en manos de los zorros del régimen o astutas raposas aprendices de hazañas más vergonzosas? El tiempo lo dirá, pero uno ya intuye cuál es el color del futuro: larga vida al régimen.

En España

    0
    comentarios