Han puesto de patitas en la calle a Bernardo Zapatero. Acabo de tener conocimiento por mi buen amigo Dieter Brandau, el penúltimo "raulista" vivo, de que Schuster significa "zapatero" en alemán, por lo tanto han echado a Bernardo Zapatero del Levante, equipo recién ascendido a Primera División y con fundadas esperanzas de permanecer al menos otro año más en la devaluada "Liga de las Estrellas". No pretendan encontrarle un recóndito significado a lo del Zapatero levantinista, no creo que vaya a ser antesala de nada. Quizás sea cierto eso de que el fútbol es injusto, pero al menos tiene la virtud de la inmediatez, la instantaneidad. ¿Que no me gusta este tío como entrenador?... Pues le echo a la puñetera calle, así, ipso facto, reunido conmigo mismo, sin consultar previamente con la masa social, Zapatero alemán a tus zapatos. A otra cosa, mariposa.
Bernd Schuster ocuparía un lugar destacado en el improvisado Hall of Fame de los futbolistas más egoístas de la historia. Mientras jugó al fútbol se encargó de apuntalar con sus continuos gestos la fama de "ratón colorado" que le precedía allí donde iba. Tuvo problemas con la selección de su país, y en los vestuarios de Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid vivió en una burbuja. Con José Luis Núñez acabó a tiros, mientras que con Jesús Gil empezó bien y terminó rematadamente mal. Pero... ¡mamma mia, qué jugadorazo!... Ya no quedan futbolistas como aquel, capaces de poner a treinta metros un balón al pie del compañero.