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Ignacio Villa

La rebelión cívica no para

Los españoles le han gritado al presidente del Gobierno un "¡basta ya!" a considerable volumen, pero el engreimiento de Zapatero parece haberle llenado de cera los oídos.

La rebelión cívica está en marcha y ya no hay quien la pare. La manifestación del sábado en Madrid merece calificarse de histórica. Fue una cita sin precedentes, repleta de fuerza y con un gran significado político y social. España salió a la calle para demostrar a Zapatero que sus decisiones como presidente del Gobierno van en contra de la nación española y de los españoles. Zapatero está gobernando y legislando en contra de los principios básicos de convivencia, las normas que los españoles nos dimos con la Constitución del 78.

La manifestación del sábado en Madrid fue histórica por sus dimensiones, por su claridad, por su rotundidad y por su normalidad democrática. La manifestación del sábado en Madrid ha supuesto ya un cambio radical en la legislatura, al escenificar una legislatura políticamente finiquitada, un presidente acabado y un Gobierno en fase terminal. No hay Gobierno europeo y democrático capaz de aguantar una protesta cívica y popular como la del pasado sábado en Madrid. Es verdad que Zapatero está decidido a negar la realidad, pero el tiempo se encargará de darle la puntilla.

Y es que nadie puede olvidar que, aunque la del pasado fin de semana ha sido la manifestación más grande y espectacular, no ha sido la única. Llevamos una docena de ellas, tres en el último mes; sin olvidarnos de que, en los últimos quince días, en decenas de ayuntamientos y plazas también se han concentrado miles de personas en protesta por el proceso de rendición, pero especialmente en protesta por las mentiras de este Gobierno que, de forma sistemática, dice una cosa y hace exactamente la contraria.

Zapatero ha abierto la puerta a todas las exigencias terroristas mientras ponía en marcha una política de aislamiento contra el Partido Popular y perseguía a las víctimas del terrorismo. Semejante estrategia socialista es la que ha provocado esta rebelión ciudadana pacifica, pero contundente. Una revuelta cívica que no para; la próxima cita se llama Navarra. El próximo sábado en Pamplona, a las cinco de la tarde, de nuevo miles y miles de personas van a salir a la calle a recordar a Rodríguez Zapatero que Navarra es España y que no se la puede utilizar como moneda de cambio en el proceso de rendición ante los terroristas. Y para desesperación de López Garrido, Blanco y, naturalmente, Zapatero, el éxito está asegurado gracias, precisamente, a las decisiones y las palabras de López Garrido, Blanco y, sobre todo, Zapatero, entre otros.

Estamos en un momento clave de esta legislatura; el principio del fin. Los españoles le han gritado al presidente del Gobierno un "¡basta ya!" a considerable volumen, pero el engreimiento de Zapatero parece haberle llenado de cera los oídos. No importa, la rebelión cívica no tiene marcha atrás. España nos va en ello.

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