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Mariano Alierta

España y la inflación en la eurozona

Si alguna persona era, desde un punto de vista europeo, poco indicada para el cargo de gobernador del Banco de España, cuya misión es que la inflación permanezca controlada, es el señor Fernández Ordóñez.

España aporta un alza importante a la inflación de la zona euro. La tasa de inflación en España ha sido de un 4,04% durante los cinco primeros meses de 2006 mientras que la tasa media de inflación de la zona euro ha sido de un 2,36%. Pero el nivel de esta media es en parte debido a la alta tasa de inflación en España

Para calcular la influencia de España en la tasa de inflación de la zona euro hay que tener en cuenta que cada país tiene un peso ponderado relativo en la inflación europea proporcional a su tamaño. En el cuadro que sigue se indican los pesos ponderados de los cuatro mayores países, Alemania, Francia, Italia y España ordenados de mayor a menor:

  Peso de cada país en 2006 Inflación Anual
(Valores medios entre enero y mayo de 2006)
Alemania 287,48 2,10
Francia 202,98 2,08
Italia 190,51 2,24
España 119,62 4,04
Total de los cuatro países 800,59
Total de Países Eurozona 1.000,00 2,36

Estos cuatro países tienen un peso decisivo en la tasa de inflación de la zona euro ya que entre ellos tienen un peso ponderado de 800 sobre el total de 1.000 puntos de la zona euro. La influencia de los restantes países en la inflación de la zona euro es relativamente bastante menor.

España tiene especial importancia entre ellos ya que su tasa de inflación es superior a la media de la zona euro. Hay varias formas de determinar su influencia. Una es realizar el cálculo de cuál sería la tasa en la eurozona si España tuviera una tasa de inflación igual a la media de la misma. Si España hubiera tenido una tasa del 2,36 % (en lugar de un 4,04%) la tasa de inflación de la zona euro hubiera sido de un 2,18 %, cifra que se reduciría hasta un 2,16 % si, con un cálculo más preciso, se tiene en cuenta que al bajar la inflación en España desciende también la inflación en la zona euro. España aporta, por tanto, por sí sola, dos décimas a la inflación de la zona euro, que es una cantidad notable.

Otra forma de cálculo puede hacerse comparando la actual situación con la que hubiera habido si todos los países tuvieran una tasa de inflación igual a la de la zona euro, un 2,36 %. Así se obtiene para cada país la parte de los pesos ponderados que añaden o reducen, dependiendo del caso, la inflación de la zona euro. En el cuadro que sigue se recogen los países que añaden mayor inflación y el porcentaje que dentro de este grupo tiene cada país. Como puede verse España aporta el 85 por ciento del total de los pesos ponderados que añaden mas inflación a la zona euro.

País Puntos
Más Inflación
%
España 200,96 85,29
Grecia 24,11 10,23
Portugal 10,73 4,55
Bélgica 9,41 3,99
Irlanda 5,09 2,16
Luxemburgo 3,75 1,59

Los países que reducen la inflación son los que figuran en el siguiente cuadro. Destacan Alemania, Francia y Holanda aunque la distribución en pesos ponderados entre los países está más igualada. La aportación a mayor inflación que aporta España es superior a las aportaciones a menor inflación que aportan Alemania, Francia, Holanda e Italia conjuntamente.

País Puntos
Menos Inflación
%
Alemania -74,74 -31,72
Francia -56,83 -24,12
Holanda -37,57 -15,94
Italia -22,86 -9,70
Austria -20,55 -8,72
Finlandia -15,51 -6,58

En conjunto, la aportación de España es francamente negativa a la inflación de la zona euro, a la que aporta dos décimas, una cantidad muy notable y que aleja bastante la inflación de la zona euro de los límites superiores (un 2%) que tiene establecido como objetivo. No es extraño que ya lo haya señalado el Banco Central Europeo.

Además, España tiene un especial protagonismo en este aspecto dentro de la Unión Monetaria ya que aporta prácticamente la totalidad de los pesos ponderados que hacen subir la inflación en la zona euro. Y más aún cuando tiene una influencia en el crecimiento de la inflación superior a las aportaciones que para reducirla realizan conjuntamente Alemania, Francia, Holanda e Italia. No es de esperar que ni esos países ni los demás estén muy contentos con la actual actuación económica española. como nosotros no lo estaríamos si otro país del euro nos hiciera una faena parecida. El protagonismo actual de España en la Unión Monetaria Europea no es en absoluto deseable, lo que no deja de representar una enorme diferencia con el ejemplo que fue para muchos países en el proceso de creación de la moneda única.

Para mayor preocupación, la actual situación se ha producido desde el inicio del actual gobierno y no parece que haya sido un motivo especial de preocupación del señor Rodríguez Zapatero quien, según comenta, está muy satisfecho con el comportamiento de la economía española. En el Banco Central Europeo no parecen estar tan convencidos de los resultados de la política económica del gobierno español. Y seguramente, deben estar pasmados al comprobar que a Zapatero le importa tan poco el haberse convertido en la oveja negra de la Unión Monetaria Europea como para nombrar unilateralmente como gobernador del Banco de España, cargo que conlleva ser miembro del Consejo del propio BCE, a uno de los principales responsables de la política económica del gobierno.

Si alguna persona era, desde un punto de vista europeo, poco indicada para el cargo de gobernador del Banco de España, cuya misión es que la inflación permanezca controlada, es el señor Fernández Ordóñez. MAFO tiene el mérito personal de haber contribuido a que la inflación de la zona euro esté un par de décimas por encima de donde podría haber estado si su actuación hubiera sido distinta. Tengo la impresión que sus futuros compañeros del Banco Central Europeo lo van a mirar con cierto interés arqueológico ya que, desde el punto de vista de la inflación, no es precisamente la modernidad lo que les llega.

Será de interés conocer los comentarios que Fernández Ordóñez acabe escuchando en el BCE, ya que su papel en la política económica española no ha sido, en absoluto, pasivo. Y también será de gran interés averiguar qué posición tomará –y que argumentos la respaldan– cuando en el BCE se plantee la posible necesidad de subir los tipos de interés para contrarrestar la inflación.

Otro día haremos comentarios sobre las consecuencias de la política económica del gobierno, y en especial de la inflación, sobre los aspectos internos de España y sobre su repercusión en los españoles.

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