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Carlos Semprún Maura

La Vitrina

Este es el nombramiento más espectacular y audaz, porque Amara, fundadora y presidenta de la asociación “Ni putas, Ni sumisas”, y consejera municipal socialista de Clermont-Ferrand, se dio a conocer por sus enérgicas protestas.

El nuevo gobierno Fillon ha sorprendido, Sarkozy lo ha hecho adrede y es un éxito. Entre los 15 ministros y 16 secretarios de estado hay cinco socialistas, un centrista, Hervé Morin, (Defensa), ayer lugar teniente de François Bayrou, personas de la “sociedad civil”, y varias mujeres, digamos, curiosas.
 
Veamos, socialistas: Bernard Kouchner, ministro de Asuntos Extranjeros, Jean-Pierre Joyet, secretario de estado de Asuntos extranjeros y europeos; Eric Besson, secretario de estado acerca del primer ministro, encargado de cuestiones económicas; Jean-Marie Bockel (el único liberal del PS), secretario de estado del Ministerio de Asuntos Extranjeros, encargado de la cooperación y de la “Francofonía”; y Fadela Amara, (argelina), secretaria de la "política de la ciudad”. Este es el nombramiento más espectacular y audaz, porque Amara, fundadora y presidenta de la asociación “Ni putas, Ni sumisas”, y consejera municipal socialista de Clermont-Ferrand, se dio a conocer por sus enérgicas protestas, a la vez contra el ultramachismo islámico y los problemas materiales de los suburbios. Aparecía como claramente de izquierdas y laica, y ahora, desde el gobierno, está encargada de resolver los problemas de los suburbios. Misión imposible. Pero ella, al menos, conoce el papel  que en esos suburbios desempeña el Islam radical, y las bandas organizadas de “latins kings” à la française.
 
Mujer “curiosa” también es, Rama Yade (Senegalesa) secretaria de estado del ministerio de Asuntos extranjeros, encargada de los derechos humanos. Pero ella ya era militante responsable de la UMP. También es “curioso” desde otro ángulo, el caso de Chirstine Lagarde, que ha sustituido a Jean-Louis Borloo en el ministerio de Economía y Finanzas. Esta señora, antes de ser ministra de Comercio Exterior, en el gobierno Villepin, y fugazmente de Agricultura, en la primera versión del gobierno Fillon, había dirigido durante años un superpotente bufete de abogados en Chicago. Llamada a Francia por Villepin, declaró que el mercado laboral y su código del trabajo, eran un aquelarre: pesado, burocrático, complicado, y un potente freno a la creación de empleo. Se la tilda, con desprecio, de “liberal”. Esperamos que algo logre serlo.
 
La ministra de Justicia, Rachida Dati, cuya vida se parece a un cuento navideño, apenas en funciones, ya tiene líos. No sé porqué, el caso es que los jueces, magistrados y abogados (y la prensa), se indignaron y lo manifestaron, porque en su proyecto de reforma del aparato judicial, la ministra Dati, preveía suprimir 14 Tribunales. Lo cual hubiera sido una locura. El ministerio de Justicia, ha tenido que hacer una declaración oficial, precisando que dicho proyecto de reforma estaba aún en discusión y negociación, y aunque por ahora, nadie había decidido la supresión de ningún Tribunal. Eso no quita que la confusión fue evidente, y como en el caso de la “IVA social”, se creó un batiburillo por culpa de las vacilaciones e imprecisiones gubernamentales. Como era de esperar, apenas se entabla la discusión sobre la reforma de las Universidades y autonomía, que los sindicatos de estudiantes y de profesores, socialcomunistas, amenazan con huelgas y manifestaciones. No quieren que cambie nada; son un desastre.
 
Por cierto, desde que es ministro, Bernard Kouchner no ha hecho absolutamente nada.

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