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Walter Williams

Vertederos académicos

El profesor Noel Ignatiev, de la Massachusetts School of Art, explica que su preocupación es acabar con ser blanco. ¿Por qué? "Porque ser blanco es una forma de opresión racial. No puede haber una raza blanca sin el fenómeno de la supremacía blanca".

El contribuyente medio y los padres que abonan las facturas no saben demasiado sobre la podredumbre de muchos campus universitarios. Indoctrinate U es un reciente documental, escrito y dirigido por Evan Coyne Maloney, que recoge la punta de un repugnante iceberg. El tráiler puede verse aquí.

Indoctrinate U comienza con una entrevista al profesor David Clemens, del Monterey Peninsula College, que lee una directiva administrativa referente a nuevas propuestas de curso: "Incluya una descripción de cómo los temas del curso son tratados para desarrollar el conocimiento y comprensión de las cuestiones de raza, clase y género". Clemens está combatiendo la directiva, que no solamente se aplica a las clases de ciencias sociales sino a matemáticas, física, horticultura ornamental y todas las demás asignaturas que nada tienen que ver con temas de raza, clase o género.

El profesor Noel Ignatiev, de la Massachusetts School of Art, explica que su preocupación es acabar con ser blanco. ¿Por qué? "Porque ser blanco es una forma de opresión racial". Ignatiev añade: "No puede haber una raza blanca sin el fenómeno de la supremacía blanca". ¿Y qué es ser negro? Según Ignatiev, "ser negro es una identidad que puede argumentarse plausiblemente que es fruto de la resistencia a la opresión". El profesor de Bucknell Geoff Schneider conviene diciendo: "Un montón de estudiantes, creo, son inconscientemente racistas". Tanto Ignatiev como Schneider son blancos.

El William & Mary College y las universidades de Tufts y Brown han establecido programas de orientación estudiantil divididos por razas. En algunas universidades a los estudiantes se les aloja en colegios mayores segregados racialmente y en otras las ceremonias de graduación son así.

Bajo el pretexto de poner fin al acoso, un buen número de universidades han instituido códigos de expresión. El Bowdoin College ha prohibido los chistes y las historias "que otros experimentan como acoso". Brown ha prohibido "el comportamiento verbal" que "da lugar a sentimientos de impotencia, rabia o marginación", ya sea "intencionado o inintencionado". La Universidad de Connecticut ha ilegalizado "la risa inapropiadamente dirigida". El Colby College ha prohibido cualquier discurso que pudiera llevar a una pérdida de autoestima. "La apariencia sugerente" está prohibida en el Mawr College, y los "coqueteos molestos" en el Haverford College. Afortunadamente para los estudiantes, la Fundación para los Derechos Individuales en la Educación (FIRE) ha emprendido una exitosa guerra contra semejantes códigos de expresión.

El Central Connecticut State College montó un panel para debatir sobre las reparaciones por la esclavitud. Los siete participantes, invitados por el centro, estaban a favor de la idea. El profesor Jay Bergman cuestionó la ausencia de diversidad ideológica. En respuesta, dos miembros del departamento de Estudios Africanos difundieron una carta criticando a Bergman, en la que decían que "las protestas contra las reparaciones comparten tribuna con el apartheid, Hitler y el KKK". Esta reacción, como dice el profesor Bergman, no es nada más que matonismo intelectual.

Los reclutadores del ejército no son bienvenidos en universidades como Columbia y Yale, pero en cambio se considera apropiado recibir a terroristas, como sucedió con las invitaciones de la Universidad de Columbia al coronel Colonel Mohammar Quadaffi y a Mahmoud Ahmadineyad. Yale admitió como estudiante al que fuera portavoz de los talibanes, Sayed Rahmatullah Hashemi, a pesar de su pobre formación anterior.

En otros campus, como los de las universidades de Lehigh, Central Michigan, Arizona, Holy Cross o California Berkeley, los administradores prohibieron a los estudiantes, al personal y a los profesores mostrar señales de patriotismo tras los ataques del 11 de Septiembre. En algunas universidades está prohibido mostrar la bandera americana; el juramento de lealtad y cantar canciones patrióticas quedaron prohibidos por temor a posibles ofensas a estudiantes extranjeros.

Varios funcionarios universitarios se negaron a ser entrevistados para el documental. Querían mantener las políticas del centro ocultas no sólo a los reporteros sino también a los padres. Cuando el personal de admisión de la universidad realiza sus visitas, no dice a los padres que sus hijos van a aprender que "ser blanco es una forma de opresión racial" o que acudirán a departamentos de orientación, colegios mayores y ceremonias de graduación racialmente segregadas. Padres y futuros estudiantes son mantenidos en la ignorancia.

El Intercollegiate Studies Institute ha publicado Elegir la universidad adecuada, de la cual yo he escrito la introducción. La guía proporciona todo tipo de información con el fin de ayudar a padres y estudiantes a elegir la Universidad adecuada.

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