Menú
GEES

Atrapados en su propia telaraña

Si quieren ser creíbles deberían empezar por pedir perdón a la sociedad española por las manifestaciones que hicieron tras el atentado y reconocer que la lógica del terrorismo yihadista no responde a mecanismos tan simplistas como la guerra de Irak.

La sentencia sobre el 11-M ha vuelto a colocar sobre la mesa los argumentos que se esgrimieron tras aquellos horribles sucesos. Como no podía ser de otra forma, se ha echado en cara al Partido Socialista sus repugnantes acusaciones de que lo ocurrido era consecuencia de la Guerra de Irak y que, por lo tanto, la responsabilidad recaía en José María Aznar. La sentencia nada dice al respecto, lo que pone en evidencia el grave atentado cometido por los dirigentes socialistas contra la democracia española al no respetar la jornada de reflexión y mentir descaradamente sobre un tema tan sensible.

Las recientes declaraciones de al-Zawahiri aconsejando a las células yihadistas atentar contra intereses españoles echan leña al fuego del debate nacional. Si lo ocurrido se debía a nuestra presencia en Irak y de allí nos hemos ido deprisa y corriendo, ¿por qué nos siguen amenazando? ¿Cómo se explica que trataran de volar la Audiencia Nacional y algún edificio significativo de la Ciudad Olímpica barcelonesa? ¿Cómo es que nuestras fuerzas de seguridad no han parado de detener islamistas y desarticular células, más o menos desarrolladas? Si el problema era Irak, ¿por qué países como Francia y Alemania, que estuvieron claramente en contra de la intervención, han sufrido intentos de atentados de enormes dimensiones?

El Partido Socialista no sólo utilizó arteramente el dolor de las víctimas y el espanto de la sociedad, además mintió descaradamente dando una imagen del comportamiento yihadista que nada tiene que ver con la realidad. ¿Cómo puede Pérez Rubalcaba extrañarse de que media España no acepte sus planteamientos sobre la amenaza terrorista? No se puede decir una cosa y la contraria y esperar que la sociedad les siga como si de un atajo de corderos se tratara. El discurso socialista es contradictorio y todavía inmaduro.

Quieren hacer olvidar lo que hicieron. Blanco ha llegado a negar las declaraciones de aquellos días, a pesar de que están recientes en nuestros tímpanos y, sobre todo, están recogidas en múltiples soportes informáticos. Si quieren ser creíbles deberían empezar por pedir perdón a la sociedad española por las manifestaciones que hicieron tras el atentado y reconocer que la lógica del terrorismo yihadista no responde a mecanismos tan simplistas como la guerra de Irak. A continuación deberían tirar a la basura de las miserias ideológicas el discurso de la Alianza de las Civilizaciones y afrontar con claridad la realidad de la amenaza islamista y de la violencia yihadista. Con términos tan estúpidos como "terrorismo internacional", que no quieren decir nada, difícilmente podemos saber de qué estamos hablando.

Hoy el Gobierno está atrapado en la tela de araña de sus mentiras y oportunismos. No parece realista que Zapatero, Blanco o Rubalcaba vayan a reconocer sus faltas ni a abandonar la Alianza de Civilizaciones. En estas circunstancias es difícil imaginar cómo se puede construir un consenso nacional en materia de seguridad interior y, sobre todo, cómo la clase política unida puede dirigirse a la sociedad y explicarle con claridad las amenazas que tenemos ante nosotros y las posibles vías de actuación. Seguimos empantanados en un debate tan estéril como peligroso, mientras el tiempo corre en nuestra contra.

En España

    0
    comentarios