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EDITORIAL

Un avestruz frente a un gorila

Diríamos que frente a los exabruptos del "gorila rojo", el Gobierno de ZP opta por la política del avestruz, si no fuera –claro está- porque el avestruz se oculta de la realidad, mientras que nuestro Gobierno, simplemente, la presenta opuesta a cómo es

Sabiendo que cuenta a su favor con la condescendiente pusilanimidad del Gobierno de Zapatero, el caudillo venezolano Hugo Chávez ha proseguido y elevado sus exabruptos contra el Rey de España, en la que ya es la mayor campaña de descalificaciones que haya sufrido Don Juan Carlos en sus más de treinta años de reinado. Nos referimos, naturalmente, a las vejaciones que ha sufrido el Rey provenientes de un dirigente extranjero, pues, en el interior, ese ofensivo liderazgo contra la Corona lo tienen la huestes secesionistas y republicanas que el Partido Socialista ha tenido y tiene de socios de gobierno.

Pero volviendo a Chávez. Tras acusar al Rey de respaldar intentonas golpistas en Venezuela, el caudillo venezolano ha puesto en marcha toda la maquinaria de los medios oficiales para hacer escarnio de su figura, incluido un sketch en la televisión pública, que contaba como invitado estrella al editor del diario proetarra Gara, y en el que se ha hecho mofa del Rey, llamándolo Juan Carlos "de Bribón y Bribón". El propio Chávez ha hecho unas nuevas declaraciones en las que ha arremetido contra España a cuenta de un criminalizado pasado colonial y en las que ha incurrido en la insuperable bajeza de recordar al Rey el trágico accidente en el que falleció su hermano, el Infante Don Alfonso. Eso, además de amenazar a dos bancos españoles como el BBVA y el BSCH, advirtiéndoles de que "no son imprescindibles en Venezuela".

Claro que frente a esta retahíla de ataques contra España y contra su Rey, "nuestro" ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos ha tenido la desfachatez de justificar en el Senado la pasividad del Gobierno y su renuencia a llamar a consultas a nuestro embajador en Caracas, al apreciar "gestos" en Chávez dirigidos a una recuperación "rápida de la normalidad diplomática y el diálogo".

Diríamos que frente a los exabruptos del "gorila rojo", el Gobierno de Zapatero opta por la política del avestruz, si no fuera –claro está– porque el avestruz se oculta de la realidad, mientras que nuestro Gobierno, simplemente, la presenta diametralmente opuesta a cómo es. Ciertamente, hemos vuelto a la "normalidad".

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