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Carlos Semprún Maura

Los paraísos artificiales

Hollande, entre otros, declaró esta rotunda sandez: el presidente de la UE debe ser antiyanqui, y Blair no lo es.

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, está en París. Luego visitará España y finalmente acudirá al Foro de Davos (Suiza), bajo amenaza de atentados por parte de la civilización islámica. Este lunes se entrevista con el presidente Sarkozy y es de esperar que logré convencerle en algo y el francés se entere por fin de la verdadera situación de Colombia, enfrentada a un terrorismo de masas y militarizado. Hasta ahora, con el pretexto de liberar a Ingrid Betancourt, Sarkozy sólo ha exigido de Uribe, cuyo padre fue asesinado por las FARC, que les hiciera favores a los terroristas. De hecho, parecía apoyar mucho más a Hugo Chávez que a Uribe. Los medios han recibido muy fríamente al presidente colombiano, por ahora.

El domingo tuvo lugar otro "Foro de la Renovación" del PS en el que nada se renovó; se limitaron a discutir tácticas electorales para las próximas municipales. Estuvieron casi todos los elefantes, Juana sin Arco incluida, y un convidado de piedra, Strauss-Kahn, quien se vino de Washington para decir a sus amigos socialistas: vergissmeinnicht (no me olvides). Pese al espectáculo de la unidad, los socialistas siguen profundamente divididos. Ahora mismo, en lo que se refiere al tratado europeo "simplificado", no saben si apoyarlo, oponerse o abstenerse, bajo el pretexto de que no se prevé un referéndum sobre el tema.

Los rumores sobre la voluntad de Sarkozy de apoyar la candidatura de Tony Blair a la fantasmal presidencia de la UE levantan ampollas. Blair fue el invitado de honor de Sarkozy en una cumbre de la UMP sobre las municipales hace unos días y pronunció, en francés, un divertido e inteligente discurso. Pese a ello, se ve muy cuestionado en Francia para ese cargo virtual, no sólo por la derecha, como escribe El País, sino también por la izquierda. Hollande, entre otros, declaró esta rotunda sandez: el presidente de la UE debe ser antiyanqui, y Blair no lo es.

Pero a la que más se ha visto este fin de semana es a Ségolène Royal, no sólo en el Foro del PS, sino en todas las teles. En el programa Le Gran Jury, del domingo por la tarde, inauguró una nueva táctica dialéctica: no contestar a las preguntas que le molestan. ¿Tiene la intención de ser candidata a la dirección del PS? No tengo nada que decir sobre el tema. Jamás vi a los tres periodistas que la entrevistaban reírse tanto. No por su humor, sino por su imbecilidad. Se limita a atacar a Sarkozy por su "vida de millonario" y sus amistades con millonarios.

La izquierda acusa al presidente de haberse aumentado considerablemente el sueldo. No es cierto. Hasta Sarkozy, ocurría que, aparte del sueldo personal –menor que el del primer ministro–, la Presidencia recibía cuantiosas subvenciones confidenciales procedentes de varios ministerios y administraciones para todos los gastos inherentes al cargo, pero era el presidente quien en última instancia decidía todo. El más austero fue De Gaulle, los más despilfarradores Mitterrand y Chirac. Sarkozy se ha limitado a cambiar las reglas del juego en aras de una mayor transparencia, y hasta para sus viajes privados utiliza aviones privados. ¿De amigos millonarios? ¡Pues claro! Los proletarios no tenemos avión.

Eso no impide que se hunda en los sondeos.

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