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Otra misión imposible

A ver con qué sonrisa explica Moratinos la participación de España en una misión europea incierta y con problemas desde su génesis y preparación.

Si el Congreso de los Diputados lo aprueba el próximo 29 de mayo, casi un centenar de efectivos militares españoles y dos aviones de transporte C-295 van a incorporarse a la Fuerza de la Unión Europea en Chad y República Centroafricana (EUFOR Chad/CAR). Moratinos, encargado de pedir la autorización, no duda de que vaya a obtener el apoyo del Congreso.

¿Quién va a rechazar la participación en una misión humanitaria, apoyada en una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas? ¿Quién va a negarse a intervenir en una operación para proteger a casi medio millón de refugiados de Darfur y desplazados chadianos y centroafricanos en el este de Chad y en el norte de la República Centroafricana? ¿Quién va a discutir que se facilite la llegada de ayuda humanitaria y se mejoren las condiciones de seguridad de la zona? ¿Cómo no vamos a participar en la operación de la EUFOR, ni más ni menos que la contribución europea a la resolución del terrible conflicto de Darfur, que representa uno de los grandes fracasos de la comunidad internacional?

La operación, sin embargo, viene provocando dudas ya desde que fue concebida. Primero fueron los numerosos problemas de aportación de tropas y equipamiento. Reflejaban el malestar de los miembros de la UE ante una operación en la no querían participar, y que sólo se resolvieron cuando Francia incrementó significativamente su contribución. Se trata de una operación muy limitada en tamaño (3.700 efectivos, de los cuales 2.100 son franceses), y en capacidades, que hacen imposible desempeñar su mandato con garantías. EUFOR sólo puede proteger un número limitado de campos de refugiados, y parece totalmente imposible que sea capaz de mejorar las condiciones humanitarias y de seguridad del este del Chad.

A estos problemas se une la creciente conflictividad en la zona de despliegue, que ya retrasó varios meses el arranque de la EUFOR, que finalmente llegó a ser operativa en marzo de 2008. La difícil y deteriorada situación en Chad ha cambiado sin duda los parámetros del teatro de operaciones de la EUFOR, una misión diseñada al margen del conflicto interno sudanés, del conflicto interno del Chad, y del conflicto entre los gobiernos de estos dos países, que intentan desestabilizarse mutuamente. Hay muchas probabilidades de que los efectivos europeos sean atacados por rebeldes chadianos apoyados por el gobierno sudanés. A esto hay que sumar los ataques que continuamente se producen en Darfur contra los miembros de la Unión Africana y de las fuerzas de Naciones Unidas por parte del ejército sudanés y las milicias progubernamentales.

En Sudán se registran nuevos enfrentamientos, ahora en la zona petrolera de Ebey, en el sur de Sudán: Vuelve a despertar el largo conflicto entre el norte y el sur del país que duró más de veinte años. Por otro lado, rebeldes opositores al régimen del presidente chadiano, Idriss Déby, apoyados por Jartum, planean lanzar de forma inminente un ataque en Yamena. Se trataría de una respuesta al ataque que efectuaron anteriormente rebeldes de Darfur, con ayuda en ese caso del régimen de Déby, contra el régimen de Sudán. En este caótico panorama, la EUFOR se sitúa en medio, protegiendo a medio millón de refugiados.

No hay duda de que las condiciones en las se creó la EUFOR en octubre de 2007 han cambiado radicalmente y la misión de la EUFOR debe ser reconsiderada con urgencia, porque la situación ha cambiado desde entonces. Una operación así debe ser cuidadosamente discutida y planificada. Sin embargo, Moratinos no duda en enviar sin más un centenar de efectivos militares españoles y dos aviones de transporte, tan pronto como el Congreso autorice su despliegue. A ver con qué sonrisa explica la participación de España en una misión europea incierta y con problemas desde su génesis y preparación.

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