LD (EFE) En su declaración oficial (leída por el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan) Bush destacó que los aranceles de hasta un 30 por ciento impuestos en marzo de 2002 con la intención inicial de mantenerlos hasta 2005 "han logrado su propósito". "Y como resultado de un cambio en las circunstancias económicas, ha llegado el momento de levantarlos".
El presidente expresó su convicción de que "los trabajadores estadounidenses pueden competir con cualquiera en el mundo siempre que tengan condiciones justas y equilibradas". Además, para contrarrestar el perjuicio que puede sufrir el sector siderúrgico nacional, la administración estadounidense anunció que pondrá en marcha un estricto programa de seguimiento de las importaciones para evitar que el acero extranjero inunde EEUU.
Antes de que se confirmara la noticia, Bush dijo a la prensa que basaría su decisión "en la creencia de que los consumidores estadounidenses y la economía estadounidense están mejor en un mundo en el que se comercia con libertad y justicia". Sin embargo, el presidente evitó anunciar personalmente esta medida que, según los analistas políticos estadounidenses, puede perjudicarle cara a las elecciones presidenciales de 2004 en los principales estados productores de acero: Pensilvania, Virginia Occidental y Ohio.
Las empresas que compran acero y numerosos analistas del sector daban por descontado que esta misma semana se suprimirían las tasas especiales a la importación de este producto, tal y como había exigido a Washington la Organización Mundial del Comercio (OMC). El calendario estaba condicionado por la convocatoria para el próximo miércoles de una reunión del Organo de Solución de Diferencias de la OMC, en el que se debía ratificar o desestimar la condena contra Estados Unidos por estos aranceles extraordinarios.
Las empresas que compran acero y numerosos analistas del sector daban por descontado que esta misma semana se suprimirían las tasas especiales a la importación de este producto, tal y como había exigido a Washington la Organización Mundial del Comercio (OMC). El calendario estaba condicionado por la convocatoria para el próximo miércoles de una reunión del Organo de Solución de Diferencias de la OMC, en el que se debía ratificar o desestimar la condena contra Estados Unidos por estos aranceles extraordinarios.