L D (EFE) La selección española ofreció sus mejores virtudes, que la llevaron al oro en Túnez hace un año, y también exhibió sus peores defectos, estos últimos relacionados con la concentración e intensidad en pista. La explosión española en la faceta lanzadora fue espectacular. Julio Fis, cuyo aspecto físico asusta por la fortaleza, lanzó hasta siete misiles a la portería vikinga, de los que seis se alojaron en las redes. Mateo Garralda también sacó parte de su pólvora y sólo la espesura aún en el juego colectivo de ataque impidió ver una goleada de escándalo en la primera mitad.
Aún así, Noruega se llevó 19 tantos en contra al descanso y sólo aprovechó los breves pero tremendos cortocircuitos de la defensa 5-1 española, que pese a ello sigue demostrando que es un valor que la campeona del mundo mantiene intacto. La riqueza de relevos en la primera línea de España mantuvo el nivel lanzador, cuando ya Fis y Garralda pararon sus andanadas sobre un atormentado guardameta Ege. Quizá con Uríos en cancha -hoy descansó- la ventaja hubiese sido mayor que la de siete tantos que logró España en la primera mitad (19-12).
La segunda parte trajo muchos relevos en ambos equipos y espectáculo a la vez. España probó el 6-0 defensivo y repartió minutos al banquillo, y no por ello decayó su dominio. Sin tener en momento alguno una renta menor de tres goles, el equipo español se recreó, convencida de que el trabajo de preparación ha finalizado con las expectativas cumplidas.
Aún así, Noruega se llevó 19 tantos en contra al descanso y sólo aprovechó los breves pero tremendos cortocircuitos de la defensa 5-1 española, que pese a ello sigue demostrando que es un valor que la campeona del mundo mantiene intacto. La riqueza de relevos en la primera línea de España mantuvo el nivel lanzador, cuando ya Fis y Garralda pararon sus andanadas sobre un atormentado guardameta Ege. Quizá con Uríos en cancha -hoy descansó- la ventaja hubiese sido mayor que la de siete tantos que logró España en la primera mitad (19-12).
La segunda parte trajo muchos relevos en ambos equipos y espectáculo a la vez. España probó el 6-0 defensivo y repartió minutos al banquillo, y no por ello decayó su dominio. Sin tener en momento alguno una renta menor de tres goles, el equipo español se recreó, convencida de que el trabajo de preparación ha finalizado con las expectativas cumplidas.