LD (Agencias) El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y los agentes sociales -patronal y sindicatos- se han dado este miércoles una tregua de un mes para establecer la hoja de ruta del diálogo social que, en esta legislatura, está marcado por la desaceleración económica. Este ha sido el principal acuerdo que ha trascendido de la "gran reunión" del diálogo social que anunció Zapatero la pasada semana durante la sesión de control.
En la reunión, los presidentes de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, de CEPYME, Jesús Bárcenas, y los secretarios generales de CCOO, José María Fidalgo, y de UGT, Cándido Méndez, han transmitido su voluntad de alcanzar acuerdos, pese a las "importantes" dificultades económicas. Al encuentro también asistieron el vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, los ministros de Trabajo, Celestino Corbacho, de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, y de Igualdad, Bibiana Aído.
Tras la reunión, Zapatero anunció el compromiso de aprobar, antes del 31 de julio, el documento que detallará las medidas y los asuntos que se tratarán en esta legislatura, y manifestó la "firme voluntad" del Gobierno de construir un diálogo social "reforzado", que se adapte a la situación actual.
En este sentido, uno de los mayores éxitos que ha cosechado Zapatero del encuentro ha sido el lograr que todos los interlocutores sociales convocados en Moncloa asumieran el discurso del Gobierno y evitaran en sus declaraciones la palabra "crisis". El que mejor parecía haber entendido la lectura que de la crisis hace el Gobierno ha sido Cándido Méndez, quien, además, ha dicho que es necesario convertir este momento de "dificultades" en momento de "oportunidades".
También reiteró el presidente su compromiso de no tomar ninguna iniciativa que afecte a empresarios o trabajadores, sin el consenso de los interlocutores sociales. En este sentido, ha dicho que en la pasada legislatura, gracias al diálogo social, se alcanzaron importantes acuerdos, y anunció que en ésta se abordarán aspectos relacionados con la agilización de la creación de empleo, el mantenimiento de la solidez de la Seguridad Social, el desarrollo del Pacto de Toledo, reformas de la Formación Profesional y apoyo a las empresas.
Además, se ha comprometido a coordinar e impulsar la agenda que se aprobará antes del 31 de julio, para "dar la máxima fuerza y representación a todas las tareas que nos hemos puesto por delante".
En este sentido, Cándido Méndez dijo que esta decisión de Zapatero ratifica la importancia del dialogo social y "agranda su valor" en esta situación de dificultad económica, "que es creciente y no se puede minusvalorar". No obstante, UGT y CCOO advirtieron de que no deben ser los trabajadores los que paguen la crisis. Méndez expresó su preocupación por el hecho de que el recorte de gastos pueda afectar a la mejora de la función pública, y Fidalgo destacó que el escenario económico y social de esta etapa "no tiene nada que ver" con el de hace cuatro años.
El líder de CCOO añadió que los sindicatos intentarán por todos los medios que los "sacrificios" se repartan de manera equitativa y justa. También los presidentes de la CEOE y la CEPYME valoraron el diálogo social, especialmente en estos momentos complicados, que exigen un mayor esfuerzo para que España recupere los niveles de crecimiento lo antes posible. Desde el Congreso de los diputados, el portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, dijo que ni el diálogo social, ni el político tienen que servir de "burladero" al Ejecutivo.
"El Gobierno tiene que gobernar de acuerdo con unos parámetros del diálogo social y político, pero tiene que tomar decisiones e iniciativas para resolver el problema", puntualizó Montoro. El presidente del Círculo de Empresarios, Claudio Boada, afirmó que todo lo que sea hablar sobre asuntos sociales es "útil, bueno y deseable", y añadió que será una buena oportunidad para plantear lo que debe hacerse en el futuro. También expresó su opinión, Unión Sindical Obrera, que pidió "eficacia y realismo" como prioridades del diálogo social, y solicitó al Gobierno que deje de negar la situación por la que atraviesa España.
Austeridad en los presupuestos
Con la intención de demostrar la "importancia y la prioridad" que da el Gobierno al diálogo social, el jefe del Ejecutivo avanzó que él mismo se propone coordinar e impulsar la agenda que verá la luz antes de agosto.
Zapatero, que estuvo acompañado por el vicepresidente económico, Pedro Solbes, y por los ministros de Trabajo, Industria e Igualdad, Celestino Corbacho, Miguel Sebastián y Bibiana Aído, explicó que el titular de Economía y Hacienda trasladará "cuanto antes" a sindicatos y empresarios los márgenes presupuestarios disponibles para el próximo año, desde el principio de "austeridad" que el Gobierno piensa aplicar en las cuentas públicas de 2009.
Zapatero contesta al Banco de España
Preguntado por las recomendaciones del Banco de España de acometer una reforma en el sistema de pensiones, el presidente del Gobierno quiso transmitir un mensaje de tranquilidad, asegurando que la Seguridad Social goza de "buena salud", con un Fondo de Reserva que ya alcanza los 56.000 millones de euros, y una solidez que permitirá seguir incrementando las pensiones mínimas.
El jefe del Ejecutivo dijo que "siempre conviene estar abiertos" a reformas para fortalecer el sistema de pensiones, y agradeció en este sentido que el Banco de España "esté atento" a esta cuestión, pero inmediatamente volvió a insistir en la solidez de la Seguridad Social.
En cualquier caso, el presidente recordó que en la legislatura pasada ya se hizo una reforma en las pensiones, en vigor desde este año, y que el Pacto de Toledo se reunirá en septiembre para realizar una nueva valoración del sistema.