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Expectación en Bélgica ante el inicio del juicio contra el pederasta y asesino Dutroux

Bélgica vive este lunes con expectación por el inicio en la localidad de Arlon (sur del país) del juicio al presunto pederasta y asesino Marc Dutroux, y a sus tres supuestos cómplices, acusados entre otros cargos, de secuestrar, violar y asesinar a cuatro menores y un adulto hace casi ocho años. El juicio se abrirá casi ocho años después de ocurrir los hechos, que indignaron y conmovieron a la sociedad belga y sacudieron los cimientos políticos del país al obligar a dimitir a dos ministros y a reformar en profundidad la Policía.

L D (EFE) Arlon, una población de apenas 26.000 habitantes está siendo tomada por más de 1.500 periodistas de 250 medios de comunicación, de los que 188 son extranjeros, para informar desde este lunes de todo cuanto acontezca en el llamado "juicio del siglo" en Bélgica.
 
Entre ellos se contabilizan 82 televisiones, 63 semanarios, 28 cadenas de radio y 15 agencias de información llegados incluso desde Japón y Estados Unidos, que han tomado hoteles, pensiones y viviendas de alquiler para los más de dos meses que durará el proceso. Además de Marc Dutroux, su ex mujer Michelle Martin, y sus supuestos cómplices Michel Lelievre y Michel Nihoul, se defenderán de las acusaciones de haber participado en el secuestro, la violación y las torturas a 13 víctimas, cinco de las cuales fueron asesinadas.
 
Las muertes de las niñas Julie Lejeune y Melissa Russo, ambas de 8 años, las de Ann Marchal y Eefje Lambrecks, de 17 y 19 años, y la de Bernard Weinstein, un cómplice de Dutroux, son junto al secuestro y violación de las niñas Sabine Dardenne, de 12 años, y Laetitia Delhez, de 14, la causa principal a la que harán frente los acusados. Además de estas víctimas, Dutroux, de 47 años y definido por los psiquiatras como un "manipulador", responderá del asesinato de su cómplice Bernard Weistein, enterrado vivo, y en cuya casa, en la localidad de Jumet, el principal acusado también sepultó a las niñas Ann y Eefje, una de ellas, según demostró la autopsia, también en vida.
 
Entre las incógnitas que el tribunal penal con jurado popular tratará de aclarar del sumario, de 440.000 páginas, destacan varias cuestiones que ni la amplia investigación policial ni la "comisión Dutroux" parlamentaria fueron capaces de resolver. La primera es si tras los secuestros de las menores se escondía una red de pederastia, tesis investigada pero nunca demostrada, en la que el contacto principal pudo ser el empresario bruselense Michel Nihoul, quien habló 32 veces por teléfono con Dutroux entre el 5 y el 14 de agosto de 1996, cuando fue secuestrada la pequeña Laetitia.
 
Otras cuestiones sobre las que el proceso tratará de arrojar luz es saber quiénes intervinieron el 24 de junio de 1995 en el secuestro de las pequeñas Julie y Melissa, aspecto en el que difieren las confesiones de los acusados y la investigación no aclaró. Además de dar respuesta a estas preguntas, el esperado juicio, cuyos costes se han estimado en más de 4,6 millones de euros, tratará de aclarar un gran número de zonas oscuras del caso, para lo que han sido convocados 470 testigos, entre los que se considera capital el testimonio de Sabine Dardenne, una de las víctimas de Dutroux, liberada el 15 de agosto de 1996.
 
La primera jornada del juicio se dedicará íntegramente a seleccionar entre 180 candidatos a los 12 miembros del jurado popular que intervendrán en el proceso, así como a sus 12 suplentes. En los siguientes días, el tribunal procederá a leer el acta de acusación del caso y a continuación se entrará de lleno en el proceso, iniciándose los interrogatorios de los acusados. La pena a la que se enfrenta Dutroux podría ser de cadena perpetua, mientras que su ex mujer y Lelievre serían condenados a 30 años, y Nihoul a entre 5 y 20 años, si es finalmente considerado responsable parcial del secuestro de Laetitia. 
 
 
 

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