(Libertad Digital) La Policía recorrió los escombros el pasado 23 de febrero, con perros DAF (detectores de acelerantes del fuego), que exploraron desde la planta 15 a la 22, aunque no detectaron ningún lugar donde hubiese podido haber sido vertido algún producto que acelerara la combustión. Según recoge El País, los cuerpos de seguridad han deducido que el incendio fue originado en la planta 21ª, en el despacho de una empleada, supervisora de riesgos laborales de la empresa Deloitte, que es fumadora.
Además, las muestras que recogieron los policías ya han sido analizadas en sus laboratorios y han dado resultado negativo. La Jefatura Nacional de Policía ya previó que tardaría unos dos meses en estudiar las muestras y en descifrar las grabaciones de seguridad y los ordenadores que registran las entradas y salidas del edificio.
La mujer que ocupaba el despacho donde se desencadenó el fuego declaró que abandonó su puesto de trabajo sobre las 23.00 y cerró con llave. Bajó a la salida y salió por la zona de seguridad. Su salida quedó registrada en los ordenadores a las 23.10. Los vigilantes del edificio manifestaron que cuando acudieron a la planta 21ª del Windsor al oír la alarma de incendios vieron a través de un cristal que en un despacho que estaba cerrado con llave había fuego y humo en su interior.
Las labores de desmontaje a buen ritmo
Según informa el Ayuntamiento de Madrid, el Windsor tiene ya tres plantas menos y ha generado 3.800 toneladas en escombros. La familia Rayzabal, propietaria del inmueble, presentará un aval que cubrirá los 17,5 millones de euros que costará la demolición iniciada por el Ayuntamiento, así como tres millones más para posibles imprevistos.