L D (Agencias) El Ministerio francés del Interior ha empezado a movilizarse activamente para hacer frente al fenómeno de la violencia urbana, en un clima marcado por los enfrentamientos registrados tras la muerte accidental de dos jóvenes en la periferia de París.
Dos muchachos de 15 y 17 años fallecieron electrocutados al esconderse en el interior de una instalación de la compañía eléctrica Edf, mientras un tercero, también adolescente, resultó herido grave. Lo que no está claro es por qué los jóvenes se escondieron en el transformador eléctrico y una de las teorías, basada en un rumor que corrió rápidamente por Clichy tras el drama, fue que escapaban de unos policías que les perseguían, lo que causó los incidentes callejeros.
Interior ha desmentido esa tesis y ha asegurado que ningún agente persiguió a los jóvenes, que probablemente huyeron sin más cuando vieron un control policial de identidad. Esa es la idea expuesta también por fiscal encargado del caso, Francois Molins, después de hablar con el adolescente que sobrevivió al suceso, informa Efe .
Sarkozy ha intervenido en televisión para garantizar que hay una investigación abierta y que "todos conocerán la verdad" de lo ocurrido. El ministro, que por la tarde se entrevistará con los padres de los dos adolescentes muertos, acudió a mediodía a la prefectura de Seine-Saint Denis para visitar a los agentes y bomberos de la zona tras varios días de incidentes callejeros.
El titular de Interior, que es un firme candidato a las elecciones presidenciales francesas de 2007, pretende apoyar sus aspiraciones en una política de "tolerancia cero" contra los que no respetan el orden público. Por eso ha anunciado que cada semana acudirá a un barrio problemático de diversas ciudades francesas, para hacer patente la presencia del Estado.
"Me voy a ocupar de la violencia urbana, la más dura. No hay motivos para que nuestros compatriotas que viven en esos barrios no tengan derecho a la seguridad. He pedido a diecisiete compañías de anti-disturibios y siete escuadrones de gendarmes que se movilicen", ha declarado Sarkozy.
También el pasado jueves un hombre de 46 años fallecía en otra localidad de las afueras de París, Epinay-sur-Seine tras ser apaleado por un grupo de jóvenes a plena luz del día, mientras fotografiaba farolas, porque era consultor de una empresa de alumbrado.
Mientras tanto, el clima se ha enrarecido en el caso de Clichy porque una bomba lacrimógena de las que usa la Policía alcanzó durante la noche una mezquita en la que estaban congregados decenas de fieles, por lo que Sarkozy ha asegurado que se reunirá asimismo con el imán del templo.
Dos muchachos de 15 y 17 años fallecieron electrocutados al esconderse en el interior de una instalación de la compañía eléctrica Edf, mientras un tercero, también adolescente, resultó herido grave. Lo que no está claro es por qué los jóvenes se escondieron en el transformador eléctrico y una de las teorías, basada en un rumor que corrió rápidamente por Clichy tras el drama, fue que escapaban de unos policías que les perseguían, lo que causó los incidentes callejeros.
Interior ha desmentido esa tesis y ha asegurado que ningún agente persiguió a los jóvenes, que probablemente huyeron sin más cuando vieron un control policial de identidad. Esa es la idea expuesta también por fiscal encargado del caso, Francois Molins, después de hablar con el adolescente que sobrevivió al suceso, informa Efe .
Sarkozy ha intervenido en televisión para garantizar que hay una investigación abierta y que "todos conocerán la verdad" de lo ocurrido. El ministro, que por la tarde se entrevistará con los padres de los dos adolescentes muertos, acudió a mediodía a la prefectura de Seine-Saint Denis para visitar a los agentes y bomberos de la zona tras varios días de incidentes callejeros.
El titular de Interior, que es un firme candidato a las elecciones presidenciales francesas de 2007, pretende apoyar sus aspiraciones en una política de "tolerancia cero" contra los que no respetan el orden público. Por eso ha anunciado que cada semana acudirá a un barrio problemático de diversas ciudades francesas, para hacer patente la presencia del Estado.
"Me voy a ocupar de la violencia urbana, la más dura. No hay motivos para que nuestros compatriotas que viven en esos barrios no tengan derecho a la seguridad. He pedido a diecisiete compañías de anti-disturibios y siete escuadrones de gendarmes que se movilicen", ha declarado Sarkozy.
También el pasado jueves un hombre de 46 años fallecía en otra localidad de las afueras de París, Epinay-sur-Seine tras ser apaleado por un grupo de jóvenes a plena luz del día, mientras fotografiaba farolas, porque era consultor de una empresa de alumbrado.
Mientras tanto, el clima se ha enrarecido en el caso de Clichy porque una bomba lacrimógena de las que usa la Policía alcanzó durante la noche una mezquita en la que estaban congregados decenas de fieles, por lo que Sarkozy ha asegurado que se reunirá asimismo con el imán del templo.