A juicio del alcalde de Barcelona, el sistema utilizado para la integración en los barrios de las grandes ciudades por la administración francesa está demostrando que está agotado. En este sentido, ha apuntado que los barrios de Barcelona, "puede ser que por la falta de prosperidad de hace treinta años", no tienen la misma estructura que los franceses, son más pequeños, y lo más importante de todo, la gente ha tenido, hasta ahora, la posibilidad de acceso a la vivienda en propiedad.
"La gente ha invertido en su barrio, ha mejorado su vivienda, y se ha quedado en ellos porque se sienten parte de él", una situación que, según Clos, no se da en las ciudades galas, donde los habitantes de estos suburbios los abandonan cuando ascienden laboralmente, y su lugar es ocupado por otro, "lo que ha llevado a esta situación de tensión social".
Igualmente, el alcalde ha añadido que en Barcelona la inmigración está distribuida en todos los distritos, y los precios de las viviendas, a excepción de Les Corts y Sarriá-Sants Gervasi, están en una franja muy estrecha", lo que ha evitado que se produzca una segregación excesiva del espacio urbano. No obstante, reconoce que en toda España aún no existe una tercera generación de inmigrantes, colectivo que parece haber protagonizado los disturbios que se están registrando en Francia, "pero sí que hemos tenido ya la tercera generación de una ola de inmigración interna".