L D (EFE) En la entrevista publicada por el diario Libération, Chaboud señala que "la amenaza es elevada. Francia ha sido estigmatizada en los comunicados del GSPC (Grupo Salafista para la Predicación y el Combate) y por Al-Qaeda por su influencia en Argelia y su compromiso internacional, especialmente en Afganistán". El GSPC designó recientemente a Francia como su "enemigo número uno" en un comunicado amenazador divulgado por Internet.
Varios terroristas de una célula de ese grupo, encabezada presuntamente por Safé Bourada, han sido procesados y encarcelados en Francia en relación con un plan de atentar contra un aeropuerto parisino, el metro de la capital y la sede de los servicios del contraespionaje francés, también en París. Bourada fue excarcelado en 2003 tras purgar una condena por su papel en los atentados de 1995 en París perpetrados por el argelino Grupo Islámico Armado (GIA), del que el GSPC es una escisión.
En la entrevista, el jefe de la Uclat subrayó que la estrategia de Francia contra esa amenaza debe ser la de "la neutralización preventiva judicial", a ocho días de que se presente ante el Consejo de Ministros el proyecto de ley antiterrorista preparado por el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy. Las leyes antiterroristas votadas por el Parlamento francés en 1986 y 1996, "hacen nuestra fuerza", destacó Chaboud, pues dotan a las fuerzas del orden y a la justicia de "útiles para neutralizar a los grupos operacionales antes de que pasen a la acción".
Chaboud consideró "fundamental" vigilar internet, "ya que es utilizado como un medio de comunicación, de propaganda y captación". Otro frente que hay que seguir de cerca, según dijo, es el de las prisiones, ya que se ha observado que los extremistas islámicos reclutan a nuevos terroristas entre los presos comunes. "Al convertirse (al islam), el delincuente común sin reconocimiento se va a beneficiar de una auténtica solidaridad. La religión va a dar sentido a su vida", señaló, al destacar la peligrosidad de estos pues "tienen la necesidad de probar su compromiso más que los otros".
En ese frente, "la acción represiva alcanza sus limites" y a "la sociedad le cuesta mantener un discurso alternativo", ya que "los laicos no pueden ofrecer el paraíso que prometen los islamistas". En el caso francés, el "núcleo duro" de los islamistas lo forman los mismos que estuvieron tras los atentados de mediados de la pasada década en Francia, que se nutre de una nueva generación surgida tras la irrupción del conflicto en Irak, según Chaboud.