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Ignacio Villa

Solvencia frente a insolencia

La entrevista a la que se ha sometido el presidente Aznar en la cadena de televisión Tele 5 ha servido para que el Jefe del Ejecutivo –en funciones– dejara claro, para tantos y tantos que se han dejado engañar, que José María Aznar es un político solvente, coherente, recto y serio. Unos calificativos que, por desgracia, no son habituales en la vida política española. Aznar se va del poder, lo hace de una forma que nadie había previsto, pero se va por la puerta grande de la consistencia política. El presidente del Gobierno está muy afectado por todo lo que ha pasado, es algo que salta a la vista; pero, por encima de las cornadas, Aznar ha mantenido hasta el final su entereza política. Y eso no pasará desapercibido a los ciudadanos españoles.
 
Aznar ha acudido a Tele 5 en su primera entrevista después de la derrota electoral. Es verdad que esa cadena de televisión no es territorio amigo para el dirigente popular, pero también es cierto que este presidente del Gobierno se crece ante las dificultades. Y así ha pasado la noche del lunes. Aznar, ante la insolencia del entrevistador, se fue creciendo. Supo transmitir los mensajes que pretendía y en ningún momento se dejo acorralar por una batería de preguntas que más que intencionalidad periodística, llevaban una buena dosis de bilis política. Ante el intento de acoso sufrido, apareció el Aznar contundente y seguro que tantas veces hemos visto. Algunos pensaron que iban a encontrar a un Aznar derrotado y grogy, y se encontraron a un Aznar de alto nivel político, que responde ante las dificultades y que se engrandece ante las injusticias. Y es que algunos han confundido lo que debería ser una entrevista incómoda con una entrevista insolente. Y, con esa torpeza, lo que han conseguido es toparse con el mejor Aznar.
 
La realidad es que, con el paso del tiempo, las cosas van quedando en su sitio. ¡Y eso que sólo han pasado unos días! A este paso, en unas pocas semanas, todo saldrá a la luz. Y aunque las maquinarias socialistas están a pleno funcionamiento, la verdad, antes o después, saldrá a flote. El Gobierno de Aznar no ha mentido en los atentados del 11 de marzo; y el presidente del Gobierno no merece irse de mala manera. Aznar ha sido un excelente presidente del Gobierno, así lo ha demostrado durante ocho años. Y desde luego, todos aquellos que no han digerido aún la derrota del  felipismo no van a conseguir lo que quieren, por mucho que enciendan el ventilador. Los que en política se mueven por odios, por rencores y por insolencias terminan siendo víctimas de sus propias miserias. No tardaremos mucho tiempo en verlo.

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