Menú

Dicen que el "G-14" amenaza a la FIFA con el boicot a las selecciones nacionales, pero eso no es del todo cierto. En realidad es Karlheinz Rummenigge, vicepresidente del Bayern de Munich y que ejerce ahora la presidencia de turno del "club de clubes europeos", quien (otra vez) ha montado en cólera contra el máximo organismo del fútbol mundial. ¿Y por qué salta ahora el señor Rummenigge?... Sencillamente porque el otro día su club tuvo que prescindir de Claudio Pizarro y Bixente Lizarazu, concentrados con sus respectivos equipos nacionales, ante el Wolfsburgo, y el Bayern perdió inesperadamente aquel partido por 3-2.

Dicen que el "G-14" estaría pensándose si dejar plantadas a las selecciones, originando así una fractura que podría ser definitiva tanto con FIFA como con UEFA, pero eso es falso. Es el Bayern de Munich quien, dolido por la indiferencia de Michel Platini y sus chicos, lanza un dardo a título estrictamente particular. Los clubes europeos más poderosos, agrupados en torno a eso que los periodistas –por mor del ahorro lingüístico– hemos dado en bautizar "G-14", carecen de una visión global del asunto ciñéndose exclusivamente a la casuística más cutre y egoísta. ¿Que me hacen daño a mí?... Salto yo. ¿Que perjudican al que se sienta enfrente mío?... Pío-pío.

La FIFA conoce muy bien los puntos débiles de los clubes y administra como nadie sus miedos y sus complejos ofreciendo un continuo "silencio administrativo" a sus justas reivindicaciones. El caso es que los clubes europeos llevan quince largos años reclamando un calendario que, aunque se trate de fútbol, no esté hecho con los pies y sin embargo no han conseguido arreglar nada. Y desde que Lendoiro entró en el redil sólo han dado tímidos pasitos hacia adelante. ¿Quiere esto decir que los equipos se nieguen a ceder a sus jugadores?... Quizá no. O quizá sí. Desde mi punto de vista son los clubes quienes tienen todo el poder en sus manos. Pagan a los futbolistas (como dice Rummenigge, "incluso durante las seis semanas que dura el Mundial"). Ponen los estadios. Movilizan a los aficionados... ¿Qué hace la FIFA?

El problema tendría que hacer reflexionar al "otro bando". Esa es la revolución pendiente. A todos nos gusta el Mundial o la Eurocopa, pero... ¿qué hacemos durante el resto del año? Me gustaría que los aficionados respondieran sinceramente a esta pregunta: ¿Podrían pasar sin el España-Italia? Y ahora a esta otra: ¿Podrían pasar sin el Real Madrid-Barcelona?... Eso mismo creo yo. Y ahí radica el poder de los clubes.


En Deportes

    0
    comentarios